Ciudad de México. La India sagrada, tradicional y femenina se exhibe en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) en tres exposiciones que examinan el futuro que visualizan las mujeres con expresiones en sus grabados de sus deseos, miedos y esperanzas, así como los saris, símbolo de su orgullo y prendas textiles que han vestido por cientos de años.
GALERÍA: La India tradicional, femenina y sagrada se exhibe en el Cenart.
Integran la tercera muestra pinturas con la imagen de la existencia ideal del ser humano que enseñó desde la antigüedad el dios Rama, quien trasciende a su descripción y se hace más relevante en la actual vida cotidiana,
“Estas exposiciones llevan a un viaje más allá del tiempo; tocan los aspectos mitológicos, históricos, sociales y culturales”, afirmó ayer Pankaj Sharma, embajador de India en México, durante la inauguración.
En la Galería Central se montó Stree Drishti: Mujeres grabadoras de la India, selección que ofrece una mirada a los paradigmas del género femenino a través de obras de las precursoras de esta técnica, que en la primera mitad del siglo XX estuvo dominada por hombres.
Con la tinta, las grabadoras han expresado un diálogo introspectivo, en el que retoman a la naturaleza como compañera, una elección distinta a la pareja encarnada por un hombre, explicó Shrimati Das, directora del Centro Cultural de India Gurudev Tagore, durante un recorrido minutos antes de la apertura.
La palabra stree, en hindi, significa mujer. Se deriva del sánscrito, idioma antiguo en el que se escribieron los textos sagrados. En tanto drishti alude a la capacidad de visualizar el futuro utilizando la imaginación. Las 51 obras impresas son reflejo de la cultura milenaria y la feminidad, al mismo tiempo que muestran aspectos culturales, sociales y familiares de género en ese extenso país, el segundo más poblado del mundo. Ellas hablan de la maternidad, la sexualidad y el cuerpo, así como de la violencia, el poder y la protesta.
La selección de obras cobra relevancia en el contexto del Día Internacional de la Mujer, que se conmemoró el pasado martes. Las obras fueron curadas por la Lalit Kala Akademi, academia nacional de arte de India, y el Consejo Indio para las Relaciones Culturales.
De manera complementaria se muestran ocho trabajos ganadores del concurso No hay Bloqueo para la Creatividad, con el que se convocó a mujeres de India, México y Belice a manifestar sus experiencias personales durante la pandemia de covid-19.
La apertura de las tres exposiciones a partir de hoy da inicio al Festival de la India en el espacio cultural ubicado en Río Churubusco y Tlalpan, en el que se ofrecerán funciones de cuatro de las danzas tradicionales clásicas y antiguas, proyecciones de cine, clases de yoga, muestras gastronómicas y una pasarela con saris, prenda femenina y uno de los principales iconos culturales de ese país asiático.
El muestrario de arte llega a México con la colaboración del Centro Cultural de India Gurudev Tagore, “para enseñar a México la cultura milenaria en todo su esplendor”, como celebración de los 75 años de la independencia de India, consumada en 1947, después del movimiento que encabezó Mahatma Gandhi.
Maravillas de seis yardas
Algodón, seda y oro son algunos de los materiales empleados para tejer un sari. Una selección de 38 tiras de tela que cuelgan entre los muros de la Galería Central han sido instaladas en la exposición Sari, la maravilla de seis yardas, icono cultural de India.
De acuerdo con Shrimati C Das, hay más de 100 formas de envolver el cuerpo femenino con esta vestimenta, aunque ocho son las más comunes al portar el textil que puede medir hasta nueve metros de largo. También implica una relación comercial directa entre el artesano y el comprador. “La manufactura de los saris emplea aproximadamente a 14 millones de personas y constituye 30 por ciento de la producción textil”, informó el embajador.
Para una boda, según la tradición, el sari es de color rojo; conseguir la belleza y el detalle de la prenda toma de dos a tres años, por lo que son costosos. El padre de la novia es quien lo compra. La valiosa vestimenta pasa de una generación a otra, de madres a hijas. Actualmente, las novias deciden casarse envueltas en otros colores, como Shrimati Das, quien relató que lo hizo en azul, por ser su color favorito. Sin embargo, blanco y negro nunca se utilizan, por el significado negativo de estos colores en la cultura india.
El dios Rama, séptima encarnación del dios Vishnu, es de los más venerados por esa cultura. Su nombre puede significar un suspiro, un grito de guerra; se canta ante la muerte o permite alcanzar la iluminación.
Las pinturas de la exposición Lok Mein Ram: El dios Rama entre la gente, colocadas en la galería Espacio Alternativo, ofrecen las distintas personificaciones que ha tenido esa deidad: niño, gobernante, padre, esposo e hijo. Sin embargo, la representación que trasciende a todas es la del ideal del ser humano, de rectitud y altos valores.
Un bello escenario hizo sentir como estrella de rock al embajador Sharma, ya que reveló esa sensación al tomar la palabra en el espacio ubicado frente la fuente diseñada por el artista Vicente Rojo. Ahí fueron recibidos los funcionarios, entre ellos Ángeles Castro, directora del Cenart, y Pablo Raphael de la Madrid, director de promoción y festivales de la Secretaría de Cultura federal, para la ceremonia de inauguración de las exposiciones en las galerías Central y Espacio Alternativo, las cuales se clausuran el 24 de abril.