El historial discográfico de El David Aguilar empieza en 2003 de manera independiente; ahora, bajo el sello de una disquera, retoma sus orígenes con Agendas vencidas, producción donde los elementos sonoros son la guitarra y la voz, portadores ambos, por medio de 10 canciones, de los sentires del cantante oriundo de Sinaloa.
Agendas vencidas, de primera instancia, llama la atención, por su cercanía con un folk casi minimalista grabado a la vieja usanza, de manera directa y sin artilugios de producción. Así, lo dijo El David: “Está interpretado a guitarra y voz con un solo micrófono. Así fue la grabación: muy en directo. Pero tiene algo refrescante, porque no suena a lo súper sintético, lo limpio y cuidado de las grabaciones actuales; aquí, suena el gis, porque está grabado en cinta. Es un disco muy íntimo, muy personal; las canciones tienen mucho misterio. Lo venía escuchando ayer para saber cómo fluía y siento que las canciones pueden generar misterio, porque hablan de cosas muy puntuales, pero no están revelados los ‘porqués’. Me gusta el arte que no es absolutamente desnudo, sino que tenga guardado elementos para intuir misterio.”
La propuesta de Agendas Vencidas es de llamar la atención: arpegios, acordes, una voz media y letras para ser escuchadas, El David añadió: “Los comentarios que he recibido de colegas, han sido que sienten que estoy cantando en la sala de la casa, como algo muy cercano. A la gente le gusta más escucharme así: con lo esencial, más que con arreglos, que en otros conceptos, parecen sumar, pero en mi caso, parece no ser así.”
Hay que señalar que los inicios musicales de Aguilar fueron al modo trovador quien se acompañaba sólo con su guitarra pero, para algunos de sus seguidores, parecerá una faceta nueva este disco. El David aclaró: “No es algo nuevo. Creo que tiene que ver con que ahora tengo un poco más de exposición; porque, entre 2003 y 2010, hice cuatro grabaciones caseras; yo quemaba los discos y los vendía en mis conciertos, así anduve muchos años. Y todos ellos eran guitarra y voz; después empecé a trabajar en otros formatos, digamos, más pop, sólo como experimento para ver a dónde me llevaba. Y ahora, estoy de regreso al formato guitarra-voz. Creo que, definitivamente, es el que más me gusta.”
Respecto al concepto y contenido de su nueva grabación, el cantautor precisó: “Le llamo ‘álbum’ porque creo que hay un concepto: se buscó que sea lento, íntimo, melancólico. Las canciones fueron escogidas para adscribirse a una sensación meditativa, esto, por el tipo de toque en la guitarra, por cierto tipo de búsqueda melódica, de espacios y de canto. Entonces, trabajamos en hacer del disco una pieza; así lo sentimos Adán Jodorowsky, quien es el productor y yo”.
Agendas vencidas es para su autor, una producción donde permea “el encanto melancólico. No veo esta sensación como la tristeza, para mí es como saudade, más parecido a un estado de inspiración. Y en este disco busco que tenga un ambiente por la vibra de las canciones, el tipo de silencios, las tonalidades. Por eso escogí como primera canción Rumbo bello, porque resume todo el álbum: es la tarde, es el éxtasis. ¿Sabes? El disco completo me recuerda mucho la hora dorada, mágica, es como el atardecer, antes de que sea tarde-noche”, concluyó el compositor.