El proyecto para rehabilitar el Bosque de Chapultepec busca fortalecer esta zona como un espacio público donde las cuatro secciones queden conectadas, al tiempo que se garantice la protección del medio ambiente y se amplíe la infraestructura para la difusión cultural.
El plan –llamado Chapultepec, Naturaleza y Cultura– será concluido en diciembre de 2023. De una proyección presupuestal de 10 mil millones de pesos, se han ejercido hasta ahora 3 mil millones.
En Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador indicó que “es realmente un proyecto trascendente”, no sólo para los capitalinos, sino para todo el país, con la importancia de otros sitios emblemáticos como el Zócalo o la Villa, en especial por las metas del rescate del medio ambiente.
“De modo que se está llevando a cabo este proyecto, que es ampliarlo y restructurar sus museos, sus espacios públicos y crear nuevos espacios para la cultura, y tiene la peculiaridad del rescate del medio ambiente, sobre todo del agua de los manantiales” del bosque, apuntó el mandatario.
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, recordó que en el sexenio pasado se intentó privatizar Chapultepec. “La idea era vender este predio; iba a ser un ingreso para la Sedena o al gobierno de México de alrededor de 19 mil millones de pesos; querían convertirlo en el segundo Santa Fe”.
En cuanto al proyecto de conectividad, subrayó que Chapultepec tendrá un cablebús de cinco kilómetros, además de otras alternativas, como puentes peatonales, “que realmente serán obras artísticas”.
La secretaria de Cultura, Alejandra Fraustro, dijo que este proyecto es un ejemplo de que la cultura en este gobierno no es un privilegio, por lo cual se busca ampliar los espacios a la población y, sobre todo, garantizar su conservación como patrimonio nacional.
Lamentó el estado en que recibieron la ex residencia oficial de Los Pinos, hoy convertido en centro cultural. “En el caso de Los Pinos, pues era un lugar donde no imaginábamos poner un pie. Cuando lo visitamos, todavía en transición –‘espacio que, dicho sea de paso, nos dejaron vacío’–, no había nada; bueno, ni un vaso para tomar agua o un comal para calentar una tortilla”.