Ciudad de México. La identificación de armas que han pasado de manera ilegal a México ha crecido 37 por ciento de 2019 a la fecha. Un funcionario de la embajada estadunidense dijo a este diario que el rastreo de ese arsenal –que incluye identificar el origen mediante la ruta entera– pasó de 19 mil unidades decomisadas al crimen organizado y ubicadas en 2019 a 23 mil en 2021.
De éstas, 70 por ciento o más entraron ilegalmente desde Estados Unidos por tierra e incluso en equipajes de vuelos comerciales, y la mayoría termina en poder del cártel Jalisco Nueva Generación.
La Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) ha detectado además que 20 por ciento de los compradores en armerías estadunidenses son ciudadanos de ese país, pero nacieron en México o son de origen mexicano.
La colaboración en materia de seguridad entre México y Estados Unidos, reforzada a partir del Entendimiento Bicentenario, ha comenzado a rendir frutos contra el tráfico de arsenal.
El registro arroja que en 2018 se rastrearon 16 mil unidades, para 2019 fueron 19 mil, un año después la cifra se elevó a 21 mil, en 2021 se alcanzaron 23 mil y de acuerdo con los avances logrados en lo que va de 2022, se espera cerrar el año en 28 mil. La información a que tuvo acceso La Jornada indica que en este periodo (hasta esta semana) se tiene un total de 81 mil 449 artefactos identificados.
El lunes pasado, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, dio a conocer que los rastreos de armas en nuestro país que se judicializan allá (procesos penales contra los compradores y traficantes) han crecido 300 por ciento, y en ese mismo nivel aumentaron los decomisos de arsenal que se pretendía traficar a territorio nacional.
El funcionario de la embajada estadunidense explicó que el rastreo o identificación se concreta gracias a la colaboración con distintas entidades del país, que permiten el acceso a las bodegas de seguridad donde se resguarda el armamento decomisado.
A partir de los números de serie, intercambio de información y otros datos, se logra hacer un cruce para identificar la procedencia del arma, el sitio exacto donde se vendió, los compradores, el número de unidades, la ruta que siguió y su destino final.
En esta línea, existe colaboración conjunta –hasta ahora– entre personal estadunidense y autoridades de varias entidades, como Michoacán, Guanajuato, estado de México, Jalisco, Nuevo León, Hidalgo y la Ciudad de México. Con Quintana Roo el proceso para el trabajo coordinado está en proceso.
El estado de México es donde más armas producto del tráfico ilegal se han identificado, con alrededor de 40 mil unidades, de acuerdo con la información proporcionada a este diario. El trabajo de inteligencia derivado de la colaboración ha ubicado a Texas y Arizona como los lugares desde donde más se venden las armas que pasan de manera ilícita a nuestro país y terminan en poder del crimen organizado.
Otro de los hallazgos de este trabajo es la identificación de “armas hechizas”. Esto es, que han sido fabricadas por los propios cárteles a partir de piezas adquiridas por separado. Cuentan con los logotipos de las empresas productoras, pero tienen errores en la ortografía, carecen de número de serie y los elementos que las conforman se parecen a las originales, pero tienen ligeras diferencias.