Ciudad de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador dio la bienvenida al ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, pero refrendó su planteamiento de hacer una “pausa” en la relación con la nación ibérica, en particular con sus empresas.
En el contexto de su visita oficial a nuestro país, el ministro español sostuvo que las 7 mil compañías españolas radicadas en México generan 300 mil empleos directos y un millón indirectos; de ahí, expuso, parte de la relevancia de los vínculos entre ambas naciones. Demandó además certeza jurídica para las empresas españolas que producen electricidad, ante la posible retroactividad de la reforma en la materia impulsada por el mandatario mexicano.
En su habitual conferencia de prensa matutina, López Obrador fue interrogado sobre si se reuniría con el funcionario europeo, a lo que puntualizó que se trata de “un encuentro entre cancilleres.
“Qué bien que está aquí el canciller; bienvenido, ya lo dije, y vamos a buscar restablecer por completo las relaciones cuando se entienda de que vivimos una etapa nueva en la vida pública de México.”
Refrendó que mantiene su planteamiento de hacer una “pausa” con España, lo cual “no es un asunto con el pueblo español, sino de empresas, de la élite económica, política, que no han actuado con decencia”, aunque subrayó que no significa una ruptura de relaciones entre ambas naciones.
El objetivo de pronunciarse por una pausa, insistió, es para que políticamente se internalice que la relación con España se caracterizó “por el abuso de empresas españolas en nuestro país, y aunque cuesta mucho trabajo que se acepte, que se comprenda, México no es tierra de conquista.
“Todavía tenemos diferencias con estas empresas, como es el caso de Iberdrola”, la cual consideró como el caso más “penoso” por la contratación que hizo como consejero del ex presidente Felipe Calderón. Pero ello, aclaró, es “independiente de los vínculos de amistad” con España, de los cuales destacó que hay admiración y respeto para su población, a la vez que no hay “fobia” al pueblo ibérico.
En el encuentro con su par mexicano, Marcelo Ebrard, el español expuso la relevancia de la participación de las empresas de su país en México, al que calificó de “socio estratégico”. A la vez, subrayó que los vínculos entre las dos naciones y pueblos van más allá de lo económico. “Nos unen relaciones personales y humanas”, al igual que procesos culturales, académicos y familiares.
La reunión de cancilleres, acompañados por funcionarios de ambos gobiernos, se desarrolló a puerta cerrada en la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Previamente, en el Senado, Albares dijo que la relación con México “nunca se va romper” y demandó certeza jurídica para las empresas españolas que producen electricidad, ya que hay preocupación por la posible retroactividad de la reforma eléctrica propuesta por el Ejecutivo mexicano.
El ministro tuvo un encuentro con la mesa directiva del Senado, que preside la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero. Luego estuvo en una reunión a puerta cerrada con legisladores.
El tema lo sacó a relucir la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores para Europa, Gabriela Benavides (PVEM) y luego de la respuesta de Albares, el senador de Morena y vicepresidente de la mesa directiva del Senado, José Narro, expuso que la reforma eléctrica no pretende perjudicar o sacar del mercado a las compañías españolas, sólo establecer reglas para acabar con la corrupción y los abusos que permitieron gobiernos anteriores.