Brasilia. El célebre músico brasileño Caetano Veloso lideró ayer una movilización “inédita” en Brasilia contra la política medioambiental de Jair Bolsonaro, en momentos en que diputados aliados del mandatario se aprestan a analizar varios proyectos controvertidos que afectan tierras indígenas.
Bolsonaro aprovechó la escasez mundial de fertilizantes causada por la guerra de Ucrania para impulsar una ley que permitiría la minería en las reservas indígenas.
Brasil, uno de los principales productores de alimentos del mundo, depende de las importaciones para obtener 85 por ciento de los fertilizantes para sus cultivos de cereales, incluida casi toda la potasa que utiliza. Por lo general, una cuarta parte de la demanda de esta sustancia de Brasil ha sido satisfecha por Rusia, que detuvo las exportaciones.
En la Explanada de los Ministerios, frente al Congreso, miles de personas vitorearon a Veloso y a otros cantantes como Daniela Mercury y el rapero Emicida, a la vez que protestaron contra el “paquete de la destrucción”, en referencia a los proyectos que podrían ser votados próximamente y considerados nocivos para el medio ambiente.
Veloso leyó una carta ante el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, a quien pidió que ninguna propuesta sea sometida a votación hasta que esté alineada con lo que dice la ciencia.
“El día de hoy marca una movilización inédita que une a artistas y a dos centenares de organizaciones de la sociedad civil”, señaló Veloso, quien cerró su intervención en el Congreso cantando el estribillo de su canción Terra, mientras el salón entero lo acompañaba.
El también icónico cantante Chico Buarque, convaleciente de una cirugía, habló por videollamada. “Nadie es contrario al agronegocio en sí, pero sí contra las ganancias desenfrenadas”, manifestó.
El mandatario es defensor de actividades extractivas en la Amazonia. Desde que asumió el cargo en 2019, impulsó en el Congreso proyectos para flexibilizar las normas medioambientales y enfrentó protestas internacionales por el aumento de la deforestación en la mayor selva tropical del mundo.
El Observatorio del Clima, uno de los organizadores de la protesta, advirtió que el paquete “legalizará los delitos medioambientales y Brasil se convertirá en uno de los mayores parias climáticos del mundo”.
Uno de los proyectos establece la tesis del marco temporal, que reconoce como tierras ancestrales sólo aquellas ocupadas por los nativos al promulgarse la Constitución de 1988.
Otros dos, cuyos críticos llaman proyectos de ley de las invasiones, buscan regularizar las ocupaciones ilegales de tierras públicas por madereros, mineros y explotaciones agropecuarias.
También existe un proyecto que flexibiliza las exigencias medioambientales para emprendimientos agropecuarios y energéticos, y el uso de agrotóxicos.
Según el diputado Ricardo Barros, líder del gobierno en la cámara baja, es necesario acelerar ese proyecto para explotar las reservas de potasio y evitar problemas para importar fertilizantes de Rusia ante la invasión de Ucrania.
El diputado Rodrigo Agostinho, coordinador del Frente Parlamentario Ambientalista, aseveró que el gobierno usa de “excusa” la guerra en Ucrania, pues ese proyecto busca “liberar la minería ilegal y no los fertilizantes”.
Brasil, potencia agrícola mundial, importa más de 80 por ciento de los fertilizantes que utiliza, y 96 por ciento en el caso del potasio (insumo de muchos de esos productos), según datos del Ministerio de Agricultura.
Más de 20 por ciento de los fertilizantes que importa provienen de Rusia, que es el principal proveedor de Brasil.