Un alza prácticamente generalizada de los precios de bienes y servicios en México llevó la inflación de febrero a 7.28 por ciento anual, arriba de las previsiones de los analistas y la mayor desde 2000, revelaron datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El incremento de precios al consumidor no dio respiro a los bolsillos de los mexicanos en el segundo mes del año. La inflación mantiene su alza por el aumento generalizado de los precios, más marcado en mercancías alimenticias y no alimenticias; servicios, productos agropecuarios y energéticos. Tan sólo 10 genéricos de los más de 400 que se miden en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registran una variación negativa en el periodo de referencia.
De acuerdo con el Inegi, el índice registró una variación de 0.83 por ciento en febrero respecto del mes anterior, cuando se ubicó en 0.59 por ciento. Con este resultado, la inflación general anual se ubicó en 7.28 por ciento, luego de que en enero fue de 7.07 por ciento.
De nuevo la cifra estuvo arriba de las expectativas del consenso del mercado, que era de una inflación de 0.78 por ciento mensual y 7.23 por ciento anual en febrero, según la última encuesta de Citibanamex.
“Estamos frente a un escenario donde no sólo unos precios están subiendo, sino casi todos los productos están aumentando. Es algo generalizado que sesga mucho el riesgo inflacionario al alza. Asimismo, las presiones inflacionarias no están relacionadas todavía con el conflicto en Ucrania, no se materializó ningún tipo de presión sobre los datos de inflación actual.
“Si a este contexto complicado, donde las mercancías están creciendo de manera generalizada, la inflación subyacente no da signo alguno de desaceleración, la no subyacente también creciendo en el área agropecuaria y energética, y a eso se le suma el peligro del conflicto armado en Ucrania, se tiene un combo perfecto de riesgo inflacionario”, describió Adrián Muñiz, analista de economía nacional de Vector Casa de Bolsa.
Panorama complicado
En febrero, la inflación subyacente (sin alimentos y energía) alcanzó una tasa anual de 6.59 por ciento, mientras la inflación no subyacente, la que incluye productos volátiles como energía y agropecuarios, registró una variación anual de 9.34 por ciento.
De persistir la tendencia entre marzo y junio, prevé Banco Base, la inflación se podría ubicar en 8 por ciento e, incluso, se corre el riesgo de 10 por ciento anual a finales del año.
La tasa mensual de inflación general de febrero fue 0.83 por ciento, más del doble de su promedio histórico (2003-2021) de 0.35 por ciento.
El Inegi también dio a conocer que el Índice Nacional de Precios Productor (INPP) total, incluyendo petróleo, registró un incremento mensual de 1.42 por ciento y anual de 9.83 por ciento. En igual mes de 2021 aumentó 1.30 por ciento a tasa mensual y 6.74 por ciento a tasa anual.
“Si los precios al consumidor aumentaron 7.28 por ciento anual en febrero, los del productor subieron 9.83 por ciento. Sin embargo, si nos enfocamos en los precios intermedios de las actividades secundarias, observamos una tasa anual de 17.63 por ciento. Significa mucha presión por el lado de los insumos”, destacó Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México, en redes sociales.
Finalmente, dijo, se tendrá que meter a la ecuación el impacto inflacionario del conflicto bélico de Rusia, el cual es difícil de anticipar, pero que claramente será al alza. “La inflación elevada será más persistente que lo que habíamos anticipado, tanto en México como en el ámbito mundial”, reconoció Heath.
La tasa promedio esperada por el Banco de México para la inflación en el primer trimestre de 6.9 por ciento será rebasada; aun así, los analistas prevén que el banco central aumente 0.50 puntos porcentuales la tasa de referencia, actualmente en 6 por ciento, para anclar expectativas de inflación.