Londres. Reino Unido suspenderá gradualmente las importaciones energéticas rusas antes de finales de 2022, anunció ayer el primer ministro Boris Johnson, mientras la Comisión Europea (CE) publicó sus planes para reducir la dependencia del gas ruso en dos tercios este año para así poner fin a su dependencia de los suministros rusos del combustible “mucho antes de 2030”.
“En otro golpe económico al régimen de (Vladimir) Putin tras su invasión ilegal de Ucrania, Reino Unido dejará de depender del petróleo ruso a lo largo de este año, dentro de un severo paquete de sanciones”, señaló Johnson en un comunicado.
“Trabajando con la industria, estamos seguros de que esto se puede lograr en el transcurso del año, proporcionando suficiente tiempo para que las empresas se ajusten y asegurando que los consumidores estén protegidos.”
El ministro de Empresa, Kwasi Kwarteng, pidió a las firmas aprovechar el resto del año para garantizar una transición sin problemas, y dijo que el gobierno crearía un grupo de trabajo para colaborar con las empresas en la búsqueda de proveedores alternativos.
“Esta transición dará al mercado, a las empresas y a las cadenas de suministro tiempo más que suficiente para sustituir las importaciones rusas, que representan 8 por ciento de la demanda del Reino Unido”, tuiteó Kwarteng.
Dijo que se exploran opciones para poner fin a las importaciones británicas de gas ruso, que representan alrededor de 4 por ciento del suministro del país.
En tanto, la UE aseguró tener la intención de reducir este año en dos tercios sus importaciones de gas procedente de Rusia antes de una cumbre del bloque hoy en Versalles en la que se examinará cómo poner fin a la dependencia de los hidrocarburos rusos.
Europa se niega a decretar de golpe un embargo sobre estas importaciones rusas, que cubren 40 por ciento de sus necesidades de gas natural y 30 por ciento de petróleo. Alemania se opone a todo embargo sobre el gas ruso, del cual es muy dependiente.
La UE indicó que cambiaría a suministros alternativos y expandiría la energía limpia más rápidamente con el nuevo plan, y que los gobiernos nacionales serán en gran parte responsables de implementar.
La invasión rusa a Ucrania el mes pasado desencadenó una revisión de las prioridades energéticas de los 27 países de la UE, ya que Bruselas busca liberarlos de la dependencia de Rusia.
“Simplemente no podemos confiar en un proveedor que nos amenaza”, afirmó la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, quien consideró vital “destetarse” de la energía rusa.
“La respuesta a esta preocupación por nuestra seguridad está en las energías renovables y la diversificación del suministro”, opinó el jefe de la política climática de la UE, Frans Timmermans. “Es difícil, muy difícil, pero es posible”.
Los nuevos planes se suman a las políticas sobre cambio climático que la UE negocia actualmente, cuyo objetivo es reducir las emisiones de manera más rápida esta década y que, por sí solas, reducirían el uso de gas en la UE 30 por ciento para 2030.
La CE agregó que el gas y el gas natural licuado de países como Estados Unidos y Qatar podrían sustituir este año más de un tercio, 60 mil millones de metros cúbicos, de los 155 mil millones de metros cúbicos que Europa recibe anualmente de Rusia. Para 2030, el aumento del uso de biometano e hidrógeno también podría ayudar.
Los nuevos proyectos eólicos y solares podrían sustituir 20 mil millones de metros cúbicos de gas este año, además de que triplicar la capacidad para 2030, añadiendo 480 gigavatios de energía eólica y 420 gigavatios de energía solar, podría ahorrar 170 mil millones de metros cúbicos al año.
La CE añadió que la reducción de los termostatos en un grado centígrado podría ahorrar 10 mil millones de metros cúbicos más este año, en tanto que para 2030 la sustitución de las calderas de gas por 30 millones de bombas de calor podría ahorrar 35 mil millones de metros cúbicos.