Ciudad de México. Frente al desequilibrio en el valor mundial del petróleo por el conflicto militar, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró: “que sepan todos los mexicanos que no vamos a tener problemas de aumentos de precios en combustibles ni en energía eléctrica, a pesar de la invasión y de la guerra en Ucrania. Nosotros no vamos a aumentar los precios de las gasolinas ni del diésel ni de la luz, para que estemos tranquilos por eso”.
Explicó que los excedentes que obtiene el país por el incremento del precio del crudo se usan para compensar los subsidios que ha aplicado su administración en semanas recientes a los combustibles. Así, además, se controla la inflación. Agregó que por ley, parte del excedente se destina a los estados.
Reiteró que “esto no lo deseamos, porque sí afecta a las economías del mundo, no olvidemos que no todos los países tienen petróleo, tienen petróleo 20 países en el mundo; entonces, nosotros tenemos la dicha, la fortuna de contar con petróleo”.
El Presidente señaló que actualmente la mezcla mexicana está en 119 dólares por barril, pero se estima que podría elevarse hasta 200 dólares de mantenerse el conflicto en Europa. Explicó que gracias a la rehabilitación de refinerías y la compra de una más en Estados Unidos se han reducido en 45 por ciento las importaciones de gasolina.
No obstante, recalcó que “en Europa están padeciendo mucho por el aumento en los precios, del gas y de la energía eléctrica, mucho, mucho”, por lo que insistió en la necesidad de apoyar la reforma eléctrica que propuso al Congreso.
En el caso del gas, expuso que México tiene una “dependencia” de lo que produce Texas, pero por el momento no se han registrado aumentos de precio. De irse el costo del gas texano a las nubes, “ya tenemos un plan para utilizar otras materias primas y generar energía eléctrica sin aumentar el precio al consumidor”.
Subsidio a gasolina beneficia a la población de mayor ingreso: SHCP
Dora Villanueva
Los subsidios a las gasolinas benefician predominantemente a las personas de mayores ingresos; prácticamente dos terceras partes de la recaudación que viene de gravar los combustibles provienen de 30 por ciento de la población con mayores recursos, exhibe la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Se debe a que “el gasto en estos combustibles está altamente concentrado en los hogares con mayores ingresos”. Mientras la mitad de la población de menores recursos aporta 23 por ciento de la recaudación del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) de gasolinas y diésel, 30 por ciento de los hogares con mayores entradas representa 58.1 por ciento.
Considerado como un subsidio regresivo, dado que beneficia a las familias de mayores ingresos al reducirles carga fiscal –según consigna la misma Hacienda en su más reciente informe sobre la distribución del ingreso y gasto–, el estímulo a las gasolinas representó una pérdida recaudatoria de 104 mil 76 millones de pesos el año pasado, 36.9 por ciento más de lo que el gobierno federal tenía contemplado.
La escalada que ha tenido el precio internacional del petróleo –el cual venía al alza desde la reapertura de la actividad económica tras los cierres por la crisis de coronavirus y que se ha agudizado con el conflicto entre Rusia y Ucrania– ha llevado a que en México se desplieguen nuevo subsidios a las gasolinas.
El viernes, la SHCP publicó estímulos complementarios a los importadores y vendedores de gasolinas para que éstos lo trasladen al consumidor final. La dependencia recalcó que la medida tiene el objetivo “de proteger el poder adquisitivo” de las familias. Su aplicación en el diésel se debe a que 70 por ciento de las mercancías en el país se trasladan en autotransportes.
Janneth Quiroz, subdirectora de Análisis Económico de Grupo Financiero Monex, explicó que desde 2021 los estímulos a gasolinas ayudaron a contener la inflación, la cual cerró como la más alta en 21 años; ya que sin ellos, el alza hubiera sido mayor.
“Ha sido una medida positiva que de alguna manera también ha ayudado a que no veamos mayores presiones de manera generalizada, aunque evidentemente los precios han subido (…) son tan altos los incrementos en el precio del petróleo que una parte sí se traslada al consumidor”, agregó.
Tonathiu Vázquez Pérez, coordinador de transición energética y finanzas públicas en el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, coincidió en que, si bien es un impuesto regresivo, en la situación actual tiene un elemento distributivo para ayudar a aliviar la inflación. Eso no quita que la medida “tendrá un efecto importante en las finanzas públicas”.
De acuerdo con datos de Hacienda, el IEPS a gasolinas representó 9 por ciento de los ingresos tributarios durante 2019 y 2020, pero el año pasado su participación se desplomó a 6.4 por ciento. Sin contemplar el escenario actual, la dependencia ya esperaba una renuncia recaudatoria de 81 mil 687 millones de pesos derivado del subsidio a combustibles.