Cuando andaba en campaña y se comprometió a que si ganaba el precio de la gasolina Magna no subiría más que la inflación, Andrés Manuel no sabía, como ninguno de nosotros, que a la mitad de su sexenio se desencadenaría una crisis mundial en el mercado de energéticos, provocada por un conflicto armado en Europa, que llevaría los precios a su nivel más alto de la historia. Razonablemente se justificaría que metiera reversa; su compromiso fue en tiempos de paz, ahora son tiempos de guerra. Sin embargo, ayer reconfirmó su palabra: no habrá alza en los combustibles. Los consumidores seguirán sin pagar el IEPS en su totalidad, tanto en la Magna como en el diésel. No se trata de mantener la promesa, sino que contener el alza de los energéticos significa que no cerrarán empresas, seguirá creciendo el empleo formal y las familias no tendrán que sacrificar su ingreso en el pago del transporte, ya sea privado o público.
El costo
De acuerdo con información oficial de la Secretaría de Hacienda, el ingreso por concepto de IEPS que esperaba en enero de este año bajó 45 por ciento, lo que en números significa 7 mil 150 millones de pesos. En febrero la recaudación bajó 55 por ciento; expresado en pesos, 11 mil 600 millones. En el acumulado del bimestre enero-febrero los ingresos son 50 por ciento menos de lo previsto, el subsidio representa un costo de 18 mil millones de pesos. Es probable que en los próximos días ya no será suficiente dejar de cobrar el IEPS para contener los precios; entonces, Hacienda dará otro paso: actuará sobre el costo mismo de los combustibles. ¿Y cómo se financiarán los subsidios? Con el dinero extra que está recibiendo Pemex por la exportación de petróleo. En el presupuesto federal está contemplado un precio de 55.10 dólares por barril, pero Pemex lo está vendiendo a más del doble. Hay una relación espejo entre el estímulo fiscal y el ingreso extra que recibe por la venta de petróleo crudo, dijo el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
Biden va sobre la yugular
La guerra financiera que se libra en forma paralela al conflicto bélico en Ucrania va extendiéndose. El presidente Biden anunció que Estados Unidos prohibirá las importaciones de combustibles fósiles rusos, una decisión radical para debilitar la economía de Rusia, que tensará aún más los mercados mundiales de crudo. “Estados Unidos está apuntando a la principal arteria de la economía rusa”, dijo Biden ayer en Washington. Gran Bretaña también anunció una prohibición de las importaciones de petróleo de ese país, aunque continuará permitiendo las de gas natural y carbón. ¿Qué tanto depende Estados Unidos del petróleo ruso? A finales de 2021 importaba 8.5 millones de barriles al día. Canadá era su principal proveedor, con 4.5 millones. México fue el segundo, con 700 mil, y luego Rusia, con 595 mil. Arabia Saudita fue el cuarto mayor proveedor, con 555 mil. Rusia suministró 8 por ciento de las importaciones de Estados Unidos a finales del año pasado, una cifra importante. ¿Cómo remplazaría a Rusia como proveedor? Estados Unidos ha iniciado contactos con países a los que consideraba “eje del mal”: Venezuela e Irán. Como siempre, los intereses se imponen a lo demás.
La respuesta de Putin
Rusia y Ucrania son conocidos como el granero del mundo. Pero los agricultores ucranios se han visto obligados a dejar de atender sus campos. Los puertos han cerrado y no envían trigo y otros alimentos básicos. Los precios del grano han subido 55 por ciento desde la semana anterior a la invasión. Si la guerra continúa, los países que dependen de las exportaciones de trigo de Ucrania podrían sufrir desabasto a partir de julio, indicó Arnaud Petit, director del Consejo Internacional de Cereales. Los principales productores son China, India y Rusia; en cuarto lugar se encuentra Estados Unidos. El presidente Putin envió un mensaje como respuesta al asedio económico que sufre su país y podría interpretarse como una amenaza de bloquear las exportaciones de trigo y otros cereales.
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Por mucho tiempo, la gasolina en México fue más cara que en EU, hoy en EU vale 34 pesos por litro y en México 22. De haber seguido el periodo neoliberal, hoy la gasolina valdría 35 pesos y nadie diría nada, porque “sería normal”.
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