Ciudad de México. El incremento en el precio internacional del petróleo tendrá un impacto negativo neto en México, los beneficios que puedan venir de exportación del crudo serían superados por el costo de importar gasolinas si la mezcla mexicana va más allá de los 95 dólares por barril promedio, al tiempo que una mayor inflación agrícola a nivel mundial encarecerá los alimentos, expuso Bank of America Merrill Lynch (BofA).
El conflicto entre Rusia y Ucrania tiene diversos canales a través de los cuáles afecta a México, explicó el banco. Hasta ahora, se amplían los riesgos a la baja para el estimado de crecimiento que tiene BofA sobre el producto interno bruto (PIB) del país, de 1.5 por ciento para este año, y se recortó la previsión para el próximo año, de 2.2 a 2 por ciento, amplió.
A la par, los precios más altos del petróleo y otras materias primas ejercerán más presión sobre la inflación, que ya está en el 7.1 por ciento, y se espera que concluya el año en 6 por ciento. Al respecto, el Banco de México elevaría la tasa de interés a 9 por ciento al cierre de este año y no se descarta que llegue a 10 por ciento en 2023, detalló BofA.
En un reporte a inversionistas, Carlos Capistrán, economista del banco, detalló que los efectos del conflicto en Ucrania afectarán a la economía mexicana a través de diversos canales. Entre los cambios que podrían ser positivos, se cuenta la relocalización de cadenas de suministro a América del Norte. Los negativos son más; se centran en el encarecimiento del petróleo y otras materias primas.
“Los precios más altos del petróleo tienen un impacto negativo en la balanza comercial de México, ya que México es un importador neto de petróleo", las importaciones de gasolinas superan la venta de crudo, situación que debilita al peso, explicó el analista.
Agregó que “los precios más altos del petróleo probablemente tendrán un efecto neto nulo en las finanzas públicas” porque si bien pueden aumentar los ingresos petroleros, el estímulo fiscal para contener los precios de la gasolina utilizará la mayor parte de ese recurso, así “que el impacto neto será cercano a cero”.
Explicó que, si la mezcla mexicana promediara 95 dólares por barril este año, por arriba de los 55 previstos en el Paquete Económico de este año, el gobierno recibiría alrededor del 2 por ciento del PIB en ingresos petroleros adicionales, la mitad se iría en no cobrar el impuesto especial sobre producción y servicios y el resto en el nuevo estímulo complementario, publicado la semana pasada en el Diario Oficial de la Federación.
“Si los precios del petróleo aumentan aún más, el impacto en las finanzas públicas podría volverse ligeramente negativo en términos netos”, acotó.