Ciudad de México. El sindicalismo tradicional, que por décadas ha permitido a dirigentes charros “mantenerse como dictadores” al frente de distintos gremios, obstaculiza la participación de las mujeres para asumir sus liderazgos, señalaron secretarias generales de organizaciones independientes.
“No es tanta la presencia de las mujeres, porque en el sindicalismo charro los dirigentes (varones) no les dan la oportunidad a ellas, además de que se religen por décadas. No es como nuestro sindicato que cambia cada dos años y hay una rotación de hombre y mujer cada periodo”, manifestó María del Rosario Moreno, secretaria general del Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de Industrias, Movimiento 20/32 (SNITIS), gremio que obtuvo el triunfo en Tridonex, en Matamoros.
Para Silvia Ramos Luna, secretaria general de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros (UNTyPP), el problema también radica en que en el país “tenemos una idiosincrasia priísta que nos permeó durante décadas y entonces hay esa idea de que es el secretario general o el director, y se tienen que rendir pleitesías”.
De acuerdo con datos actualizados del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, de 4 mil 180 organizaciones sindicales registradas ante esta institución, en el país sólo 10.5 por ciento (443) tienen al frente como líder una mujer. En contraste, los hombres encabezan 3 mil 737 secretarías generales.
Esto significaría un ligero incremento en comparación con cifras al corte de febrero de 2021 de la extinta Dirección de Registro de Asociaciones de la Secretaría del Trabajo. En ese año, la representación femenina sindical representaba sólo 9.87 por ciento (383) de las 3 mil 881 organizaciones de trabajadores.
Ramos Luna consideró que la reforma laboral puede ayudar a incrementar la participación de las mujeres en el sindicalismo mexicano, ya que, indicó, en el artículo 371, apartado 9 bis, se señala la obligación de los sindicatos para establecer en sus estatutos que en la integración de las directivas se planteé la representación proporcional en equidad de género, sobre el total de carteras existentes.
De larga trayectoria en el ejercicio sindical, que inició en 1982, en carteras de distintos gremios, se resiste a que le nombren “líder”, pues como secretaria general de la UNTyPP prefiere impulsar “el diálogo horizontal y la toma de decisiones de manera colectiva”.
Y alienta a las mujeres a participar en distintas esferas de la vida pública, porque “cuando se deciden a hacerlo somos muy responsables y combativas, a pesar de que -incluso- tenemos una triple jornada laboral, porque tienes que atender el trabajo, el sindicato y nuestra familia”.
En ello coincidió Alejandra Morales, secretaria general del Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Industria Automotriz, quien manifestó que “al ser mujer también tenemos más obligaciones: responsabilidades dentro del hogar, hacer labores y aparte el trabajar y el manejar un sindicato”.
La nueva representante de los obreros en la planta General Motors de Silao, Guanajuato, destacó su presencia como una de las pocas dirigentes en el sector automotriz, donde la participación de los trabajadores es mayormente de hombres.
Y señaló que a pesar de que el ejercicio sindical “es difícil, las mujeres tenemos otra visión y con mucho trabajo logramos buena organización. Aportamos buenas ideas y somos elementos fundamentales” para la integración de un gremio.
El sindicalismo “transformó mi vida en una lucha por los derechos de los trabajadores que no pienso abandonar”, secundó Rosario Moreno, dirigente del SNITIS 20/32, quien continuará su labor en la lucha por la representación de contratos colectivos en la región maquiladora de Tamaulipas.