Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, “no tomó decisión aún” sobre un eventual embargo de gas y petróleo rusos en respuesta a la operación militar en Ucrania, señaló ayer su portavoz, Jen Psaki.
La vocera indicó que el tema fue abordado ayer en una conversación entre Biden y los mandatarios de Alemania, Francia y Reino Unido, y destacó: “Tenemos capacidades y posibilidades diferentes”.
Alemania en particular se opone a todo embargo sobre el gas ruso, del cual es muy dependiente, mientras que Estados Unidos importa poco crudo ruso.
Más aún, el canciller alemán Olaf Scholz advirtió antes que las importaciones de energía fósil procedentes de Rusia son “esenciales” en Europa y el suministro del continente no puede garantizarse de otra manera.
En un momento en que Estados Unidos y la Unión Europea estudian sanciones sobre la energía rusa en respuesta a su incursión de Ucrania, “el suministro de energía en Europa para la producción de calor, movilidad, electricidad e industria no puede garantizarse de otra manera por ahora”, expresó el responsable, en una declaración escrita.
El miedo a un embargo occidental sobre el petróleo ruso hizo que los precios se dispararan de nuevo ayer.
“Deliberadamente”, Europa decidió dejar fuera de las sanciones las entregas de energía de Rusia porque la medida desestabilizaría los mercados y tendría un fuerte impacto sobre las economías europeas.
Alemania forma parte de los países de la Unión Europea (UE) especialmente dependientes de las importaciones de gas, petróleo y carbón rusos, y el gobierno trabaja “con sus socios de la UE, y no sólo de la UE, para encontrar alternativas a la energía rusa”, agregó Scholz.
“Pero esto no puede lograrse de un día para otro”, agregó.
La UE importa de Rusia 40 por ciento del gas que consume y algunos países no son favorables a prescindir de él, aunque el fin sea privar a Rusia de sus ingresos esenciales.
Varios ministros del gobierno alemán se pronunciaron contra estas medidas contra el gas ruso.
“Hay que poder mantener las sanciones en el tiempo”, explicó el domingo la ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, a la cadena ARD.
“No sirve de nada si en tres semanas descubrimos que sólo tenemos electricidad para algunos días en Alemania y hay que replantearse estas sanciones”, dijo.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, se expresó en la misma línea durante una visita a Londres y reconoció que “la dolorosa realidad es que todavía somos muy dependientes del gas y del petróleo rusos”.
Su homólogo británico, Boris Johnson, señaló por su parte que “tenemos que actuar paso por paso. Debemos asegurarnos de que disponemos de un suministro de sustitución”, indicó Johnson durante una rueda de prensa junto a Mark Rutte.
En tanto, el presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, afirmó en un mensaje en video que comprar gas y petróleo a su par ruso, Vladimir Putin, mientras sus fuerzas mantienen el “bombardeo asesino” en ciudades de Ucrania era el equivalente a “dar dinero a un terrorista”.
Treinta y seis por ciento del ingreso de Rusia proviene de la venta de energía (gas y petróleo) a Europa, por lo que expertos opinan que el incremento en los precios del petróleo resultado de la intervención de Rusia en Ucrania irónicamente han ayudado al Kremlin a financiar su incursión militar en el país centroasiático, compensando las pérdidas provocadas por las sanciones impuestas a su economía.
Por otra parte, Joe Biden, Emmanuel Macron, Boris Johnson y Olaf Scholz pidieron a Rusia el cese “inmediato” de los ataques a civiles en Ucrania y acordaron “seguir elevando el costo” a Rusia por su incursión a Ucrania.