La artista sinaloense Teresa Margolles (Culiacán, 1963) exhibe Periferia de la agonía, instalación “ambiental”, en el museo de arte contemporáneo Mattatoio di Roma, ubicado en la capital italiana. También incluye una serie de acciones que poco a poco se desenvuelven sin ningún ritmo en particular a lo largo de la duración de la exhibición, que comenzó el 24 de febrero y concluye el 19 de junio.
Margolles explora en su trabajo las causas y consecuencias sociales de la violencia en las obras de arte, enfocada en los asuntos de género y alienación. La obra critica la incomprensión de la sociedad contemporánea y el orden social y económico que considera la muerte violenta como un suceso normal.
El interior del pabellón donde se encuentra la obra consta de un contorno de cortinas rojas de plástico industrial concebidas como un cuerpo perforado, lastimado, acuchillado, penetrado y penetrable. Al mismo tiempo, se trata de un limbo en el que todo está pendiente, lleno de signos de interrogación sin retroalimentación concreta y exento de toda certeza o consuelo en cuanto a lo que va a suceder o podría pasar.
Dentro de este perímetro, una gran mesa da cabida a una tela de 23 metros de largo, utilizada en el pasado para cubrir los cuerpos de personas asesinadas. La tela traza un camino sinestésico en el que el público es animado a caminar en forma periférica, alrededor de la agonía del otro. La tela se vuelve una especie de cenotafio en el que la violencia sufrida que documenta proyecta una sombra sobre el visitante. Así, resalta hasta qué punto las dinámicas, problemas y pretextos utilizados para legitimizar aquellos actos de violencia son, de hecho, más cercanos de lo que se imagina.
Este ambiente es habitado en intervalos irregulares por acciones y su documentación. Sin emplear directamente materia de base, Margolles reconstruye el cuerpo ausente y la violencia allí representada por medio de una serie de acciones que recuerdan esas pérdidas sin explotar ni difundir. De esta manera hace que la comunidad participe y, sobre todo, aumenta su conocimiento.
Es así como Margolles se vuelve testigo del dolor y la violencia, a fin de preservar la memoria de aquellos que ya no están, y a la vez transmitir su historia, reconocer su identidad y ayudar a evitar a los enemigos mayores a quienes se enfrentan, por lo general las víctimas y sus familias. Es decir, la ausencia de información respecto de las muertes, la impunidad de aquellos responsables por éstas, las investigaciones chapuceras de las autoridades, el miedo que provoca el olvido, la destrucción del equilibrio doméstico y la inevitable modificación del entorno de una ciudad.
Las obras de Margolles se vuelven alegorías complacientes y reconfortantes en lo estético: nunca se muestran cuerpos lacerados. Sólo el poder de la imaginación del visitante puede prestar una presencia momentánea a lo inconcebible. Sólo al acercarse y familiarizarse con el drama el visitante se vuelve a la vez testigo y espectador, víctima y asesino, inocente y culpable, extraño y cómplice.
Periferia de la agonía de Teresa Margolles es el quinto capítulo de Dispositivos sensibles, programa de tres años creado por Ángel Moya García para Mattatoio di Roma.