El proceso de adquisición de tierras para construir el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) ya concluyó y la gran mayoría de mil 410 hectáreas fueron obtenidas por medio de la figura de “expropiación concertada” o de operaciones de compra-venta, indicó la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
En entrevista con La Jornada, el titular de la Coordinación Metropolitana y de Movilidad de esa dependencia, Álvaro Lomelí, explicó que la Sedatu se involucró en este tema porque la mayor parte del suelo alrededor de la base militar de Santa Lucía era de propiedad social.
La primera fase de adquisición de tierras se llevó a cabo mediante negociaciones con los ejidos de Jaltocan, San Lucas Xolox y Santa Ana Nextlalpan, donde se realizaron asambleas informativas sobre el proyecto y negociaciones sobre el precio final de los predios, después de lo cual se concretó la adquisición de mil 86 hectáreas.
Posteriormente, en 2020, la Secretaría de la Defensa Nacional hizo una segunda solicitud a la Sedatu para que ayudara a obtener más predios –entre los cuales esta vez se encontraban suelos de propiedad privada y de dos ejidos–, hasta alcanzar finalmente la cifra de mil 410 hectáreas en total.
De acuerdo con Lomelí, 82 por ciento de las tierras fueron negociadas por medio de operaciones de compra-venta totalmente concluidas y pagadas, mientras que otro 9 por ciento se trató de “expropiaciones concertadas” con los dueños de los predios y el restante 9 por ciento fueron declarados como “terrenos nacionales”.
En este último caso, resaltó el funcionario, se trató de 134 hectáreas que la comunidad indígena de San Miguel Jaltocan aceptó ceder a cambio de la titulación y regularización de sus tierras (600 hectáreas en total), las cuales formaron parte de un conflicto legal por más de 40 años.
Por otro lado, Lomelí indicó que en los terrenos que fueron expropiados se debió utilizar dicha figura no porque los dueños no quisieran vender, sino porque no tenían los documentos para acreditar su propiedad o había algún otro impedimento legal para la compra-venta. En estos casos, la operación se hizo de común acuerdo y la mayoría ya cobró la indemnización.
El funcionario destacó que el proceso de obtención de las tierras para el AIFA se realizó de manera “ordenada y trasparente, sin contratar a empresas negociadoras, y esto vale la pena resaltarlo, porque los proyectos aeroportuarios de Texcoco y Atenco se cayeron por una mala gestión en la negociación del suelo”.