América Latina no está expuesta directamente a Ucrania o Rusia, países que están en guerra desde hace poco más de una semana; sin embargo, el impacto en las cuentas externas y fiscales, derivado de mayores precios en las materias primas, así como en la inflación, tendrán efecto en la solvencia de las economías de la región, advirtió Fitch Ratings.
“Los precios más altos benefician a los exportadores de materias primas, pero el efecto inflacionario será negativo para el consumo tras el repunte del crecimiento del año pasado y complicará la formulación de políticas”, sobre todo en el caso del petróleo, abundó.
En el caso de México, explicó la firma de riesgo crediticio, podría haber más ingresos por la exportación de crudo, pero los beneficios fiscales se reducen por una menor recaudación de impuestos a la gasolina, a medida que aumentan los precios del petróleo.
En general, el peso de Rusia es relativamente limitado en la región, consignó Fitch. En 2020, representó menos del 2 por ciento de las exportaciones de la mayoría de los países latinoamericanos e igual de baja es la participación en importaciones o en inversión.
No obstante, además del efecto en el precio del petróleo, otras materias primas, y por ende en la inflación, es posible que el conflicto repercuta en la producción y las exportaciones agrícolas de las economías latinoamericanas, debido a que tanto Rusia como Ucrania son importantes productores de fertilizantes.
En ese sentido, recalcó que las presiones inflacionarias adicionales y nuevos aumentos en las tasas de interés por parte de bancos centrales de América Latina podrían obstaculizar el consumo y la inversión.
Explicó que, si bien la alta inflación ha ayudado a las finanzas públicas, al erosionar en términos reales el gasto que va a salarios y pensiones, no se descarta que acarree nuevas presiones fiscales ante la necesidad de mantener controles de precios o subsidios a algunos productos, como la gasolina en México.