Un día después de los disturbios que dejaron decenas de heridos e imágenes de crueldad indescriptible durante el partido de futbol en el estadio Corregidora entre Gallos y Atlas, el presidente de la Liga Mx, Mikel Arriola, acudió a Querétaro para conocer la situación, visitar a los heridos hospitalizados y anunciar las primeras medidas de sanción y preventivas.

El titular de la liga ofreció una conferencia junto con Gabriel Solares y Adolfo Ríos, presidente y director general del club Gallos, respectivamente. Para empezar, Arriola presentó un recuento de los lesionados, según el reporte de las autoridades hasta ese momento, en el que precisó que había 26 personas heridas, tres de ellas graves y una a la espera de su evolución, e insistió que no existe evidencia de muertes, no al menos hasta este momento.

Entre las disposición se anunciaron la suspensión de toda actividad relacionada con el futbol en el estadio Corregidora, casa del Querétaro, y la prohibición a las barras o grupos de animación visitantes para que acudan a los partidos.

“El estadio está suspendido hasta que la Comisión Disciplinaria resuelva el periodo en que estará sin actividad; son acciones correctivas y sancionatorias”, advirtió.

Asimismo, se indicó que el martes habrá una asamblea con los dueños de los equipos en donde se tomarán más medidas y confirmarán otras para evitar que se repitan hechos como el del sábado.

“En esta asamblea abordaremos cuáles son las relaciones que tienen los clubes con sus diversos sectores de animación y cómo cerrar con acciones contundentes esos espacios de relación”, ahondó; “cuáles son las reglas para que esos grupos acudan o no a partidos de futbol”.

“También implementaremos mecanismos de seguimiento digital de los asistentes, como ya sucede con la selección mexicana, pero ahora, sobre todo, con las barras”, señaló.

Arriola informó que la Comisión Disciplinaria de la Federación Mexicana de Futbol inició el proceso para determinar los alcances y sanciones que se aplicarán, además de que su carpeta estará abierta para colaborar con la fiscalía del estado y determinar las demandas penales correspondientes.

Sobre la posibilidad de desafiliar al club Querétaro, Arriola señaló que es una de varias opciones analizadas, pero antes deberán escuchar a las partes involucradas.

“No es una situación ordinaria. Reprobamos y nos indignan a todos los acontecimientos de ayer. Habrá una sanción ejemplar. Ese proceso ya está abierto y se tendrá una decisión pronta”, sostuvo.

Gabriel Solares, presidente del club Querétaro, afirmó que será una prioridad terminar con las barras asociadas a su club para “salvaguardar la seguridad en el futbol”.

Solares aseguró que el despliegue de seguridad del partido del sábado cumplía con las exigencias de las autoridades estatales, municipales y federativas, pero que analiza la manera en que actuó la empresa privada contratada para el estadio.

“Las investigaciones de orden estatal, municipal y federativas y de la liga evalúan el funcionamiento de la empresa de seguridad, que tiene muchos años trabajando en el estadio, y en Querétaro cuenta con todos los certificados”, comentó Solares.

“El día de ayer había 358 elementos de seguridad privada, 105 elementos de control de acceso, 100 policías estatales y 150 policías municipales”, sostuvo.

Por otra parte, mientras iba en pleno vuelo a Europa para entrevistarse con jugadores mexicanos, el presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Yon de Luisa, se enteró de los disturbios en el Corregidora y hasta ayer pudo declarar sobre estos hechos.

“Quisiera empezar ofreciendo una disculpa por no haber estado en comunicación”, se disculpó De Luisa en un video publicado en redes sociales.

“Estos terribles acontecimientos nos indignan, avergüenzan, los lamentamos y nos compromete como industria para que nunca más volvamos a vivir algo similar en ningún estadio de la República.”

El directivo regresó de inmediato para estar presente mañana en la reunión de dueños de equipos de la liga, en la cual se decidirán las medidas definitivas.

Con información de Mariana Chávez, corresponsal en Querétaro