Barcelona. El cantautor y escritor Pau Riba i Romeva, considerado uno de los referentes de la contracultura y autor de álbumes como Dioptria, murió ayer a los 73 años.
Nacido en Palma el 7 de agosto de 1948, inició su obra a mediados de los años 60, estudió diseño y gráficos en la Escola Massana; fue uno de los fundadores de Grup de Folk y su doble producción Dioptria fue escogido mejor disco en catalán del siglo XX por la revista Enderrock.
Publicó también Electròccid àccid alquimístic xoc, Amarga crisi, Disc dur, De Riba a Riba, Virus laics y Mosques de colors, entre otros álbumes, y en 2019, Ataraxia con la Orquestra Fireluche.
También realizó montajes como Roc Senskrà y Ribaibal con sus hijos; Actors gramàtics con Jaume Sisa, y su relectura de Els Pastorets, bajo el nombre Jisàs de Netzerit. Actuó en 3x4, El baile del pato, Bajarse al moro y Salvador, entre otras cintas.
Escribió los libros Cançons i poemes, la novela Ena, las antologías de artículos periodísticos Al·lolàlia y de las letras de sus canciones Lletrerada, así como del ensayo Història de l'univers.
En diciembre pasado, el artista había anunciado que sufría un cáncer de páncreas que no podía ser extirpado, pero que se sometería a quimioterapia.
El músico Caïm Riba, uno de los hijos del cantautor, asegura que le gustaría que de su padre se recordase “su obra, canciones, inconformidad y personalidad”.
Tras conocerse su muerte, se han suscitado reacciones desde el mundo político y cultural.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, dijo: “Nos deja un personaje realmente iconoclasta”.
La presidenta del Parlament, Laura Borràs, destacó a Pau Riba como columna vertebral de la contracultura: “Su voz, su música, sus versos y su carácter indómito nos lo recordarán siempre”.
Inspirador de generaciones
También la consejera de Cultura, Natàlia Garriga, resaltó su peso: “Fue un músico que nunca separó el arte de la vida, un hombre comprometido con la canción y la filosofía jipi, un referente indiscutible de la contracultura y en catalán y con una calidad digna de ser una referencia mucho más allá”.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, expresó: “Quedan su humor, poesía y rebeldía inteligente y que fue un artista visionario y cósmico que inspiró a generaciones enteras”. Mientras, el primer secretario del PSC, Salvador Illa, resaltó la autenticidad y creatividad del músico.
Colegas, entidades musicales y festivales también se despidieron de Riba y destacaron su huella en la música catalana, como el festival Barnasants, en el que en 2019 celebró el 50 aniversario de Dioptria.
El Canet Rock lamentó la muerte de uno de los músicos y compositores más importantes para ese certamen: “Un ícono que vivirá con nosotros para siempre”, igual que el Mercat de Música Viva de Vic (Barcelona), que lo calificó de uno de los grandes referentes musicales catalanes y del festival.
El Festival Tradicionàrius, donde Riba dio un concierto en diciembre pasado, y el Strenes de Girona, donde tenía programado otro para esta primavera, dijeron que siempre lo recordarán y que su “huella en el mundo cultural y musical será eterna”.
La cantante Marina Rossell también recordó a Riba en un tuit con una foto con él y el mensaje “Pau Riba, eterno y libre. Adiós, amigo”, y la Companyia Elèctrica Dharma lo despidió con un fragmento de Es fa llarg esperar.
El cantautor Cesk Freixas aseguró: “Descansa en paz. Serás eterno y universal. Siempre. En todos sitios”.
También la Sociedad General de Autores y Editores en Catalunya lamentó la muerte de su socio Pau Riba, “compositor, letrista y todo un referente para la música y la cultura de nuestro país. Para siempre y hasta siempre”.
A su vez, la Acadèmia Catalana de la Música aseguró: “Pau Riba es y será siempre un referente de creatividad y talento, y una manera de entender el arte y la vida que recordaremos siempre. Gracias por todo”.