Este domingo se escenificó en la Casa del Lago del Bosque de Chapultepec, la entretenida y divertida ópera para niños y niñas De grillos y chicharras, en la que con baile, música en vivo, ópera y teatro se narran a manera de fábula las vicisitudes de esos insectos por buscar y conservar su espacio en la naturaleza, que ha sido devastada o tomada en propiedad privada por otros animalitos, historia que al final reflexiona sobre cómo la naturaleza no es propiedad de nadie y que la única manera de sobrevivir en el mundo es compartiendo esa misma naturaleza.
Con música de Jomi Delgado y Marcela Rodríguez, libreto de Pedro Antonio García y dirección de la soprano Catalina Pereda, integrantes de la compañía Ópera Portátil, la lúdica propuesta escénica que se presenta al aire libre, junto al lago de Chapultepec, relata el viaje de Toña, la chicharra, y Cirilo, el grillo, que van en busca de un hogar para el colectivo de chicharras, pues donde habitaban se incendió.
Con un colorido vestuario, la historia De grillos y chicharras da comienzo con un hostil encuentro entre esos insectos, cuando las segundas llegan al sitio donde los primeros tocan agrupados en una orquesta.
Ellas buscan un lugar donde cantar para hacer llover. Ellos se sienten invadidos y no quieren que se queden. “Este lugar es nuestro hogar”, dicen los grillos. “¿Por qué no puede ser nuestro también?”, preguntan las chicharras.
Los grillos explican que su territorio es propiedad privada y muestran las escrituras. Las chicharras explican que buscan un nuevo lugar al que puedan llamar hogar, por lo que entran en conflicto, hasta que el director de la orquesta les propone, como solución, viajar a un bello lugar donde pueden habitar las chicharras.
En su emocionante aventura en busca de un nuevo y bello sitio, con cascadas y árboles frutales, Toña y Cirilo se encontrarán con un grupo de trabajadoras hormigas, que no permitirán que se queden en ese espacio, pues están construyendo “la próxima autopista para sus compañeras hormigas”.
En ese viaje también se encontrarán con unos latosos y molestos mosquitos, que se dicen ser dueños del agua, y con una araña disfrazada de “asesora inmobiliaria”, que convence a Cirilo, el grillo, de sacar muchos créditos hipotecarios, para hacerlo prisionero.
En su andar conocerán a un escarabajo cantante de sones veracruzanos, que con sus décimas los hace reflexionar que la naturaleza no es propiedad de nadie y que para sobrevivir hay que compartir esa misma naturaleza, que la sobrevivencia en el mundo depende de aprender a convivir y trabajar juntos.
Musicalmente, la propuesta escénica está diseñada para ser interpretada por soprano, mezzosoprano, tenor, actores y bailarines, y un quinteto integrado por violín, chelo, flauta, saxofón, clarinete y percusiones.
Se trata de una partitura cuyas armonías entretienen y encantan también al público infantil, ya que se trata de representar con música las características de los grillos y las chicharras, explicó en charla con La Jornada el compositor Jomi Delgado.
La escenificación de ayer de De grillos y chicharras, en la Casa del Lago, en la primera sección del Bosque de Chapultepec, mantuvo entretenidos y divertidos a los niños y niñas asistentes al espectáculo, así como a los padres de familia.
Las últimas dos funciones se realizarán el sábado 19 de marzo a las 12 y 13:30 horas.