Ciudad de México. Jaramar Soto ha logrado que el pasado y el presente dialoguen a través de su música. Sus influencias y fuentes de inspiración no provienen sólo del panorama musical actual, pues desde que comenzó su carrera solista el azar hizo que comenzara a adentrarse en canciones de otros siglos.
“Hace muchos años interpretaba canto nuevo, era parte de un grupo que se llamó Escalón, a principios de los años 80. Entonces un amigo director de teatro me invitó a cantar un repertorio de piezas antiguas españolas para abrir una obra”, relató Jaramar en entrevista.
Ya entonces tenía formación profesional en canto, pero no había escuchado lírica antigua.
“Llegué a esta música con total y absoluto desconocimiento del género”, admitió. Poco a poco, el interés la motivó a involucrarse más en ese tipo de composiciones. Buscó textos, discos y otros documentos y empezó a experimentar con sonidos que quería experimentar en esas canciones.
“Esa idea había sido el hilo conductor a lo largo de todos mis discos. Siempre había volteado hacia piezas de la lírica antigua, pero desde un inicio mi propósito, más que de rescate o divulgación, era de hacer algo con ese material, que me había enamorado, trayéndolo a un universo que me fuera propio”, expresó.
Lo anterior le ha ofrecido una idea más amplia sobre los orígenes de la música contemporánea. Al revisar esos temas, Jaramar hizo ciertos hallazgos. “Era muy divertido y emocionante encontrar en los romances antiguos versitos que aparecían en las tonadas de Veracruz, y luego empecé a aprenderme el repertorio tradicional de México y Sudamérica, en los cantos de ordena de Venezuela, en las melodías argentinas o en las canciones de Oaxaca, por líneas. Entonces empecé a entender, sin tener que pensarlo mucho, que nuestra lírica popular viene de la poesía popular española”, señaló.
La labor de Jaramar no se ha limitado a reinterpretar canciones antiguas. También ha aprovechado el panorama musical contemporáneo para nutrir la diversidad con que contaban las composiciones. Entre los estilos que frecuenta y la influyen están el jazz, los sones, la música tradicional de oriente o África, entre varios más.
Las fusiones, nada nuevo
Su reciente álbum, Todas las naves del mundo, condensa las ideas que ha ido formulando a lo largo de su carrera.
La cantante decidió centrarse en el mestizaje mexicano. Para ella, es la fusión lo que ha generado también mucha de la riqueza cultural que existe en México.
“Me parece que ese mestizaje cultural es lo que nos hace poderosos, únicos, y que la cultura mexicana sea tan diversa, que tenga tantas fuentes y orígenes.
“Buscar hacer estas fusiones es muy natural, sano y lógico”, comenta la intérprete.
Jaramar concuerda con la idea de que la mezcla no es nueva ni exclusiva del mestizaje en América. “La España del siglo XV es una cultura también de fusiones, porque la presencia de los moros y los judíos, además de los cristianos, era potentísima, y una buena parte de mi repertorio viene de esas uniones”, comenta.
En Todas las naves del mundo incluyó muchos temas que no había podido interpretar antes, así como aquellos “que hablaran de lo que ha sido mi obsesión: esas palabras de mujeres de siglos anteriores, que son tan mías también; esas melodías que son aparentemente tan exóticas pero que me ayudaron a descubrir todo un camino sonoro”, explicó.
Con el subtítulo Canciones viajeras del mestizaje, la cantante ha querido hacer un guiño a cómo la música viaja por el mundo. “Es el reflejo de caminos andados, y eso la hace viva”, sostuvo.
Sin embargo, los planes para la producción del álbum fueron modificados debido a la pandemia, tiempo que también le sirvió para reflexionar sobre su carrera.
“Hubo que usar ese proyecto como camino para sobrevivir creativamente durante el aislamiento, que además facilitó que pudiera concentrarme”, dijo.
Aunque Jaramar suele acompañarse de otros músicos cuando produce un nuevo álbum, esta vez, “eso lo teníamos que resolver de alguna manera. Siempre ensayo los discos antes de grabarlos, para pulir, para corregir. Aquí no se podía”.
De modo que una buena parte de Todas las naves del mundo se grabó imaginando lo que los otros músicos estarían haciendo; “fue un proceso de descubrimiento de cómo iba a sonar realmente”, indicó.
La cantante presentará su nuevo trabajo durante el ciclo Nosotras somos memoria, organizado por la Secretaria de Cultura de la Ciudad de México. Además, cantará otros temas que comparten los conceptos de lírica antigua, mestizaje y música.
Jaramar se presenta el 13 de marzo en el Teatro Esperanza Iris de la Ciudad de México y el sábado 19 estará en el Conjunto Santander de Artes Escénicas en Guadalajara.