Ciudad de México. A casi dos años de que el gobierno federal emitió la declaratoria de emergencia sanitaria por la pandemia de covid-19, el 30 de marzo de 2020, algunas familias capitalinas enfrentan deudas económicas que van desde 20 mil hasta 50 mil pesos.
Ello, debido a gastos de hospitalización, compra de medicamentos y realización de pruebas para detectar el coronavirus, además de la compra de computadoras o dispositivos –“en pagos chiquitos, que son eternos”– para que sus hijos pudieran seguir las clases en línea o bien realizar trabajo desde casa.
A la lista de desembolsos se suman los recursos mensuales, que son de entre 200 a 300 pesos, en promedio, para comprar cubrebocas, que adquieren por cajas con 50 y 100 piezas para ahorrar, mientras otros dejaron de adquirir gel antibacterial para aminorar las afectaciones monetarias.
Con la pandemia llegó “una redistribución” de la economía en los hogares, señaló la investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Violeta Rodríguez, al señalar que de acuerdo con información del Banco de México y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, las familias recurrieron principalmente a prestamistas que no están dentro del sistema bancario.
Alertó que recurrir a esos prestamistas significa “una deuda más cara, que es una situación desventajosa” porque cobran tasas de interés que llegan “a duplicar o a triplicar los créditos de emergencia”.
Enlistó que, según los estudios, las afectaciones en la economía de las familias se reflejan en el menor gasto en diversión, pero altos desembolsos en servicios médicos, a lo que sumó los casos de personas que aceptaron la reducción del salario para conservar el empleo.
Familias entrevistadas en el Centro Histórico coincidieron en que enfrentan mayores gastos, como el caso de Sandra Correa, quien dijo que compró una computadora en 20 mil pesos “a pagos chiquitos, pero la deuda se fue a las nubes y no sé cuándo vaya a terminar”. Agregó que por el aumento de precios ya no consume pan de dulce, cereales, helados ni bistec.
El señor Ramírez señaló que solicitó un préstamo de 20 mil pesos para pagar los gastos de pruebas covid y una hospitalización, además de que compra cubrebocas “por Internet, de los que no son tan caros, a 300 pesos la caja con 40”.
Abdón, empleado del gobierno federal, adeuda 40 mil pesos a familiares, luego de que junto con su esposa e hijos tuvieron que ser hospitalizados por contagiarse; en tanto, Salomón, comerciante, dijo que debe 50 mil pesos “a conocidos” porque “todos nos contagiamos”, y para ahorrar compra cubrebocas de tela, que lava para reutilizarlos.