Moscú. El mandatario ruso, Vladimir Putin, advirtió ayer que las sanciones de Occidente son similares a una declaración de guerra y que se considerará cualquier intento de terceros de crear una zona de exclusión aérea sobre Ucrania como una “participación en el conflicto armado”.
“Escuchamos decir que sería necesario crear una zona de exclusión aérea en el territorio ucranio. Pero es imposible hacerlo desde dicho territorio, sólo es posible desde un país vecino”, explicó Putin en un encuentro con empleadas de la aerolínea rusa Aeroflot.
Putin recalcó que considerarían “cualquier movimiento en esa dirección como una participación en el conflicto armado” por parte del tercer país que lo realice, ya que crearía “una amenaza contra nuestros militares”.
También advirtió sobre la posibilidad de que Ucrania pierda su condición de Estado si las autoridades de Kiev no cambian su política.
“Las autoridades actuales (de Ucrania) deben entender que si continúan haciendo lo que hacen, ponen en duda el futuro del Estado ucranio. Y si eso ocurre, ellas serán enteramente responsables”, sostuvo Putin.
El presidente ucranio, Volodymir Zelensky, criticó antier la negativa de la OTAN de instaurar una zona de exclusión aérea, que serviría para neutralizar la ventaja aérea en combate de Rusia. Las potencias occidentales no accedieron a esta petición porque conlleva un riesgo importante de conflicto directo con Rusia.
Putin se reunió más tarde con el primer ministro de Israel, Naftali Bennett, en el Kremlin para hablar de la crisis, señaló el portavoz del dirigente israelí y el gobierno ruso. Israel se ha ofrecido a mediar en el conflicto, aunque las autoridades rebajaron las expectativas de avances.
Bennet también conversó ayer por teléfono con Zelensky y luego se desplazó hacia Berlín para tratar con responsables de la Unión Europea la situación en Ucrania.
El canciller ruso, Serguei Lavrov, afirmó que el intento del presidente Volodymir Zelensky de conseguir la ayuda directa de la OTAN en el conflicto entre sus países no está ayudando a las conversaciones entre ambas partes.
Los misiles antiaéreos Stinger, que Occidente suministra a Ucrania, “podrían caer en manos de terroristas”, advirtió Maria Zajarova, vocera de la cancillería rusa.
“Los organizadores de estas entregas no pueden sino darse cuenta de una creciente amenaza de que estas armas de alta precisión caigan en manos de elementos y bandas terroristas no sólo en Ucrania, sino también en toda Europa”, alertó Zajarova citada en un comunicado.
Por otra parte, un avión ruso se dirigía a Estados Unidos para buscar a diplomáticos de la misión de Moscú ante la Organización de Naciones Unidas expulsados por Washington tras acusarlos de “espionaje”.
Aproximadamente 8 mil 275 personas han sido arrestadas en Rusia desde el inicio de las manifestaciones contra la incursión en Ucrania, según el último balance publicado ayer por asociaciones humanitarias.