A un año de que el Congreso capitalino dejara de laborar con una empresa subcontratadora (outsourcing) para realizar el servicio de limpieza en sus instalaciones y firmara directamente los convenios con los trabajadores, éstos reconocieron que tienen mejores condiciones, aunque echan de menos los turnos dobles porque incrementaban su ingreso, aun con jornadas de 13 horas al día, por lo que esperan pueda concretarse un incremento salarial que ya analiza el Legislativo.
Es el caso de Amalia, a quien la anterior empresa pagaba 3 mil 400 pesos a la quincena, pero hacía doble turno, de 7 de la mañana a las 21 horas, y contratada directamente por el Congreso como técnica operaria de limpieza y sanidad laboral de las 7 a las 14 horas gana 2 mil 750 pesos, con las deducciones a su salario integrado, que es de 3 mil 100 pesos.
“Nos va un poquito mejor, pero si hubiera doble turno sí me quedaba porque sí me hace falta; mis gastos son grandes, pago una renta de 4 mil pesos, incluso yo estaba pensando ver si podía conseguir otro trabajo en la tarde.”
La coordinadora de Morena, Martha Ávila Ventura, y el titular de la Oficialía Mayor, Reynaldo Baños Lozada, señalaron que se revisa la suficiencia presupuestal del Congreso para otorgar un incremento a los trabajadores.
En entrevistas por separado, ambos legisladores resaltaron que al contratar directamente a los empleados el año pasado, el Congreso local fue prácticamente la primera entidad que suprimió la práctica de la subcontratación.
Si bien el personal señaló que falta hacer el balance para determinar el beneficio en costos, Ávila dijo que lo más importante es que se mejoraron las condiciones y las prestaciones de los trabajadores, quienes además de estar inscritos al Issste ahora reciben aguinaldo, vacaciones pagadas, vales de fin de año y su salario es mayor al que percibían.
Baños explicó que el incremento en su sueldo es de alrededor de 40 por ciento y aseguró que el mecanismo de contratación, como trabajadores de confianza, ha funcionado, aun con complicaciones, como, que la mayoría de los 129 empleados son de edad avanzada, una incluso de 84 años, por lo que se les dio la opción de que su plaza fuera ocupada por algún familiar, lo cual fue aceptado por ocho.