En la presentación oficial del documento suscrito por más de mil profesionales de la salud, denominado “Volviéndonos mejores: necesidad de acción inmediata ante el reto de la obesidad para lograr salud, bienestar y desarrollo sostenible”, expertos demandaron abordar la obesidad seriamente, con base en evidencia científica, de forma ética, sensible y sin perpetuar el estigma por el sobrepeso.
En su posicionamiento se hace un llamado a apoyar la investigación y la vigilancia epidemiológica, pero sin sesgos económicos o comerciales.También proponen asegurar la educación y un adecuado desarrollo de profesionales de salud, con énfasis en el primer nivel de atención y con un enfoque preventivo.
En el contexto del Día Mundial de la Obesidad (celebrado ayer), Eduardo Lazcano Ponce, nuevo director del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), indicó que esta conmemoración “se creó como un llamado a la acción tanto de la comunidad científica como de la sociedad para dar respuesta efectiva ante los niveles crecientes de obesidad infantil y adulta, para reducir el estigma que enfrentan las personas con obesidad y mejorar las políticas públicas que han sido implementadas”.
Las tasas de obesidad, dijo, se han triplicado durante los últimos 50 años, y han aumentado casi cinco veces en niños y adolescentes. La obesidad es un factor de riesgo importante para enfermedades no transmisibles, como diabetes, hipertensión y cardiopatías, entre otras. “La obesidad constituye una epidemia en México, pues 74 por ciento de la población adulta presenta sobrepeso u obesidad que representa a 50 millones de mexicanos”.
Aseguró que se trata de una enfermedad que no se puede resolver sólo a nivel individual, pues sus causas son múltiples, no sólo en aspectos biológicos, sino multisectoriales, en los que se incluye la educación, los factores económicos, la cultura y el entorno social, también tiene un impacto central el acceso a agua potable y el acceso a alimentos sanos y de calidad.
Por ello, más de mil especialistas del sector salud señalan que se deben fortalecer las estrategias poblacionales para la orientación alimentaria, destacando la importancia de las dietas saludables, el uso del etiquetado de advertencia y la promoción de las guías alimentarias, además de impulsar el ejercicio y una vida menos sedentaria.