La lengua materna es una forma de ver el mundo y en México somos privilegiados, al ser una de las naciones con mayor diversidad lingüística del planeta, afirmó la doctora Rebeca Barriga Villanueva, profesora-investigadora del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios (CELL) de El Colegio de México (Colmex). Sin embargo, indicó, a lo largo del tiempo hemos tenido un “movimiento pendular en las políticas lingüísticas, en particular con los pueblos indígenas, a quienes o se les impone la castellanización o se les enseña en su lenguas maternas”.
En entrevista con La Jornada, advirtió que pese a las múltiples reformas educativas en las últimas décadas, en materia de enseñanza del español “se sigue entre el conquistador y el misionero, entre la espada y la cruz”.
Barriga Villanueva destaca que las políticas públicas para la enseñanza de las lenguas, tanto el español como las lenguas indígenas, han estado en contradicción por varios años.
A partir del gobierno de Lázaro Cárdenas del Río, que aparentemente abre un parteaguas, explica, se habla de bilingüismo, se le califica como política bilingüe y luego evoluciona a bilingüe bicultural, para después ser bilingüe multicultural. “En los discursos (políticos) se vuelve bicultural, y no es así, es pluricultural. En el año 2000 se reforma la Constitución y se plasma en su artículo 2”.
En el marco del Día Internacional de la Lengua Materna, conmemorado el pasado 21 de febrero, Barriga Villanueva exhortó a reconocer y celebrar la riqueza de las lenguas maternas en México, “porque no debería ser un día, la lengua es la vida diaria. Es como nos expresamos”.
En el desafío que impone la pérdida de hablantes de lenguas indígenas, “hay esfuerzos maravillosos, localidades que están probando la enseñanza de las lenguas originarias. No todo está perdido, hay logros pequeños”, aunque, aseguró, no podemos olvidar que sin utopía, no hay un proyecto.