Washington. Un jurado absolvió ayer al único policía inculpado tras la muerte de una afroestadunidense, abatida hace unos dos años en su apartamento en un caso que se volvió icónico para el movimiento Black Lives Matter.
El policía blanco Brett Hankison, de 45 años, no fue inculpado por la muerte de Breonna Taylor, sino por haber “puesto en peligro” a sus vecinos al disparar su arma a través de una valla.
Tras una semana de proceso y tres horas de deliberación, los jurados lo declararon “no culpable”. El oficial apenas aguantó las lágrimas al recibir la noticia.
Pero esta decisión podría reavivar el enojo colectivo en Louisville, la mayor ciudad de Kentucky, cuya población se levantó en ira en 2020 cuando fiscales decidieron no procesar a los otros agentes de seguridad pública que participaron en el caso y sólo mantener un cargo en contra de Hankison.
Su abogado, Stew Mathews, aplaudió un “veredicto apropiado”. “Se hizo justicia” comentó, al estimar que su cliente hacía su trabajo de policía.
El 13 de marzo de 2020, tres agentes de seguridad pública de Louisville irrumpieron en plena noche en el domicilio de Breonna Taylor, auxiliar de enfermería de 26 años, en el marco de una investigación por tráfico de estupefacientes contra su ex novio.
Su nueva pareja, Kenneth Walker, creyó que se trataba de ladrones y realizó un disparo con un arma para la que tenía permiso de uso. Los policías respondieron y Tay-lor recibió una veintena de balas.
Los policías disponían de un mandato “no knock” (sin avisar) que los autorizaba entrar a la casa sin advertencia, aunque aseguraron haber anunciado que entrarían, situación que niega Walker.
La muerte de la mujer no atrajo mucha atención en un primer momento, pero creció durante las manifestaciones antirracistas que agitaron a Estados Unidos tras la muerte de George Floyd, un hombre negro de 46 años asfixiado por un oficial blanco en Mineápolis, el 25 de mayo de 2020.
Para poner fin a la queja civil, el alcalde de Louisville aceptó pagar 12 millones de dólares a la familia de Taylor y comprometerse a reformar los protocolos policiales.