La Habana. Un grupo de alrededor de 200 mujeres cubanas ha promovido el arte de tatuar en la isla, impulsando los límites de un oficio que ha estado en un vacío legal, aprovechando Internet para hacerlo más común en la isla.
Fundada en julio de 2021, Erias se ha convertido en la primera comunidad de mujeres tatuadoras en la isla caribeña que busca normalizar la imagen del tatuaje femenino.
Las jóvenes han rebasado las barreras sicológicas que le impone el reto de las agujas sobre sus cuerpos, una práctica considerada por décadas un tabú, especialmente entre mujeres.
“Para mí Erias fue como un nacimiento (...) porque estaba tan cohibida, no podía explotar todos mis sentimientos, ni expresarle al mundo lo que sentía por los tatuajes (...) Mi autoestima se sube en Erias”, dijo Mariam Leyva, al observar con atención su dibujo corporal.
“El tatuaje no te denigra, no te pueden discriminar por tener tu piel tatuada”, añadió.
El gobierno cubano ha mantenido a los tatuadores excluidos de una lista de oficios para ejercer diferentes labores en el creciente sector privado.
Prejuicios en una sociedad machista
Cada vez más mujeres salen de las sombras y se tatúan, una práctica que va abriendo el camino para dejar atrás una serie de prejuicios en una sociedad machista.
“El tatuaje en Cuba realmente ya no es un tabú”, señaló la tatuadora Lili Agüero a Reuters. “Es algo que realmente depende de la moda (...) que a nosotras nos beneficia porque deja de ser como prohibido o mal visto”, añadió.
La apertura al turismo en Cuba y el creciente acceso a Internet han sido cruciales para la promoción del tatuaje, que ha sobrevivido a un limbo legal.
Ariam Arrieta, fotógrafo y cofundador de la comunidad Erias, indicó que las muchachas se sienten protegidas en un espacio que les ha brindado seguridad dentro de la organización.
“Hoy podemos decir que diariamente las mujeres se tatúan muchísimo, a diferencia de hace apenas 3 años –asumo–; no había tanta influencia del tatuaje en Cuba (...)”, expuso Arrieta en medio de una sesión de fotos.
El auge de los tatuajes en el país de 11 millones de habitantes llega en medio de la difusión de un Código de Familia que busca flexibilizar los derechos de la comunidad LGBT, reforzando las leyes de protección de las mujeres y niños.
“Existe un vacío legal con el tatuaje en Cuba, o sea, no se paga licencia, no es legal pero tampoco es ilegal (...) todos los tatuadores usamos Internet para promocionarnos, yo tengo mi página de Instagram, contacto con mis clientes por este medio”, apuntó Amanda Santana, sosteniendo la máquina de tatuar en medio de un trazado corporal.