Ciudad de México. La utilización de cigarrillos electrónicos en México debe regularse, en vez de prohibirse por completo, ya que de esta forma se podría controlar la venta de dichos dispositivos y explorar qué tan útiles pueden ser como método para dejar el tabaquismo, así como reducir los posibles riesgos a la salud de los usuarios y obtener ingresos fiscales que se podrían destinar a los estados y municipios, señaló el diputado Sergio Barrera (MC).
Durante un foro sobre el tema, el legislador indicó que en México ya hay más de 6 millones de consumidores de este tipo de cigarros –de los cuales cinco millones los usan de forma ocasional y casi un millón más de manera regular–, sin que exista claridad sobre sus posibles efectos sanitarios.
De acuerdo con el diputado emecista, en países como Estados Unidos, Nueva Zelanda y el Reino Unido ya se reguló la venta de los cigarrillos electrónicos “porque pueden ser una salida de salud pública para los que quieren dejar de fumar” cigarros “tradicionales” de combustión, los cuales “está comprobado que hacen un daño mucho mayor” a los llamados vapeadores.
Barrera Sepúlveda insistió en que “en otros países lo que han hecho es que utilizan este tipo de dispositivos para que la gente que quiere dejar de fumar los cigarrillos de combustión lo pueda hacer y sea una salida para que puedan cuidar su salud. No sabemos si es algo que está ayudando a que la gente pueda dejar de fumar”.
En ese mismo tono, el integrante de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública afirmó que los cigarrillos electrónicos tienen unos 2 mil ingredientes químicos, mientras que los “tradicionales” tienen 7 mil.
“Cada uno de ellos hace un daño distinto y eso es lo que deberíamos entender, pero eso no pasa porque hoy no sabemos de dónde vienen los cigarrillos electrónicos y el daño que te pueden o no hacer”, dijo.
Otro motivo para regular el uso de los vapeadores, consideró, es evitar que los dispositivos que ya fueron tirados a la basura sean rearmados y vueltos a utilizar con productos químicos no regulados, además de que proliferen las baterías desgastadas de esos aparatos, las cuales tardan cientos de años en degradarse.
Por otro lado, Barrera afirmó que la regulación de los cigarrillos electrónicos –que tienen unos 964 mil usuarios constantes y cuestan unos 200 pesos en promedio—podría servir para recaudar cada año unos 12 mil millones de pesos, de los cuales al menos 8 por ciento podrían destinarse a estados y municipios para que apliquen políticas públicas de prevención del tabaquismo.
“La recaudación de 2021 de estos cigarrillos fue cero, porque todo lo que se vende ilegalmente no paga nada de impuestos. Lo que queremos es entender de qué tamaño es la oportunidad que tenemos y buscar un marco regulatorio para que las personas que quieran utilizar este tipo de cigarrillos lo hagan de manera ordenada y regular”, puntualizó.