Suceava. Bajo un frío inclemente y las adversas condiciones desencadenadas por la guerra, la delegación de México que repatriará a los connacionales que escaparon de Ucrania cubre de forma paulatina sus objetivos.
Ayer, por fin se encontró con los 26 mexicanos que se refugian en esta ciudad y en la madrugada del miércoles, hora local (alrededor de las 10 de la noche del martes en la Ciudad de México), recibió en la fronteriza Siret a otros 17 que horas antes habían logrado escapar de Kiev, pese al cerco militar sobre la capital ucraniana.
Los emisarios de la cancillería que integran la Misión Rescate pasaron del avión de la Fuerza Aérea a un autobús en el que hoy a temprana hora empezaron desde la capital, Bucarest, un recorrido de más de 440 kilómetros hacia el norte, que se cubrió en poco más de ocho horas, para hacer una primera escala en Suceava y posteriormente trasladarse 40 kilómetros más, hasta la frontera ucranio-rumana.
Los 17 mexicanos y sus familias mixtas –entre ellos dos bebés y un perrito– que cruzaron la frontera se suman a los 26 que ya esperaban en esta ciudad y a seis que llegaron por su cuenta a Bucarest. Con ello se espera trasladar a México al menos a 46, pues algunos decidieron permanecer en algún punto de Europa del Este, cercano a suelo ucranio.
Ahora, con apoyo del equipo mexicano desplegado en Rumania viajarán por carretera los más de 400 kilómetros hasta la capital rumana, donde el Boeing 737 de la Fuerza Aérea Mexicana se reporta listo para la repatriación. El despegue se prevé para este jueves, afirmó el jefe de la oficina del canciller, Daniel Millán, quien encabeza la misión. Sin embargo, la espera podría prolongarse, de acuerdo con las necesidades que se encuentren.
El sitio que mantiene el ejército ruso en torno a Kiev ha dificultado la salida de Ucrania de mexicanos y personas de otras nacionalidades.Tres alemanes no dejaron pasar la oportunidad y se subieron al autobús que encabezaba la embajadora de México en Ucrania, Olga García Guillén, para lejarse del peligro.
El despliegue oficial mexicano ha sido intenso y ha librado un sinnúmero de dificultades, empezando por las gélidas temperaturas –en el peor momento de este martes el termómetro marcó dos grados bajo cero, con sensación térmica de menos 10– y una leve pero constante nevada que hizo peligroso el camino.
El equipo opera de manera conjunta con la cancillería y las embajadas de México en Ucrania y Rumania, encabezadas por dos miembros del Servicio Exterior Mexicano, Olga García Guillén y Guillermo Ordorica.
Personal que presta apoyo humanitario en esta zona aseguró que “no se ha montado una maniobra de atención y evacuación” como la mexicana. Hay naciones cuyos representantes “sólo se presentan para conocer la situación y no permanecen aquí”.
Conforme se avanza hacia la frontera ucranio-rumana el escenario va cambiando. Con cada kilómetro que se deja atrás se hacen más visibles las consecuencias de la invasión militar rusa. La crisis humanitaria ya se extiende hasta el territorio rumano:
Entre quienes lograron escapar de las áreas de conflicto priva la desesperanza, la incertidumbre, el miedo y, sobre todo, mucho enojo contra el mandatario ruso, Vladimir Putin. “Hay mucha unidad nacional en Ucrania y mucho coraje de la gente, con un auténtico movimiento de resistencia”, señalaron quienes en su éxodo atestiguaron la situación en suelo ucranio.
La urgencia de la situación y la alta densidad de personas que desean salir de suelo ucranio ha saturado las fronteras, complicando los cruces, a lo que se suman las restricciones de las propias autoridades ucranias, como reportan quienes han conseguido pasar, ya sea por Rumania o por Polonia.
Los hombres enfrentan las mayores dificultades. Todo varón es “sospechoso” de ser ucranio, por lo que se hace una revisión exhaustiva de sus documentos, ya que todos los menores de 60 años están llamados al combate, en caso necesario.