Ciudad de México. Alrededor de 20 mil ciudadanos rusos tienen una riqueza superior a los 10 millones de euros, su identificación puede ser un primer paso para la creación de un Registro Global de Activos, un mecanismo para acabar con el secreto patrimonial y hacer pública la información sobre las fortunas relevantes y sus propietarios, expuso la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT por su sigla en inglés).
En el caso de Rusia, más de la mitad de la riqueza del 0.01 por ciento de su población más acaudalada se encuentra en el extranjero, de acuerdo con información difundida hace unos días por Gabriel Zucman, también integrante de ICRICT.
En ese sentido, la organización —que desde hace tiempo ha promovido la creación de un Registro Global de Activos— celebró la propuesta del primer ministro italiano, Mario Draghi, de crear un registro público internacional de la riqueza de los oligarcas rusos con un patrimonio superior a 10 millones de euros.
Durante los últimos días se han instrumentado diversas sanciones a Rusia por la invasión a Ucrania, entre ellas el bloqueo de activos financieros, el congelamiento de reservas, así como las suspensión de algunos de sus bancos de la Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Internacionales (SWIFT por su sigla en inglés).
El registro de riquezas “ayudará a identificar, hacer públicos y congelar los activos de las personas sancionadas que existan dentro de sus jurisdicciones como parte de las sanciones financieras anunciadas recientemente contra funcionarios y élites cercanas al gobierno ruso. También negará a estos individuos la posibilidad de ocultar sus activos en jurisdicciones de todo el mundo”, explicó ICRICT.
En el caso de Rusia “es urgente centrar las sanciones en la delgada capa social de multimillonarios en la que se apoya el régimen (…) se podría apuntar a las personas que poseen más de 10 millones de euros en activos inmobiliarios y financieros, es decir, unas 20 mil personas según los últimos datos disponibles”, abundó Thomas Piketty, miembro de ICRICT.
Detalló que para aplicar este tipo de medidas, “bastaría con que los países occidentales creasen finalmente un registro financiero internacional que llevase la cuenta de quién posee qué en los distintos países. Este registro público sería también un paso esencial en la lucha contra los flujos ilícitos, el dinero de la droga y la corrupción internacional”.
ICRICT agregó que un Registro Global de Activos también sería una herramienta vital contra los flujos financieros ilícitos y facilitaría debates públicos y políticos bien informados sobre el grado de desigualdad deseado y apoyaría una fiscalidad adecuada -incluso sobre la riqueza- para reducir las consecuencias negativas de la desigualdad.