Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sostuvo ayer una conversación con sus aliados para consolidar su postura de apoyo financiero y humanitario a Ucrania ante la ofensiva rusa, horas después de que Gran Bretaña, Noruega, Suecia, Finlandia y Canadá prometieron ayuda militar a Kiev.
Durante la conversación, los participantes reconocieron “la valentía del pueblo ucranio frente a la agresión rusa y abordaron cómo seguir apoyando a Ucrania en materia de seguridad, económica y humanitaria”, informó la Casa Blanca.
Además, trataron “las iniciativas coordinadas para imponer un gran costo y consecuencias a Rusia (...) mientras se trabaja para mantener la estabilidad económica global, incluido en lo que se refiere al precio de la energía”.
En la conversación participaron el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg; el primer ministro británico, Boris Johnson; su homólogo canadiense, Justin Trudeau; el italiano, Mario Draghi; el japonés, Fumio Kishida; el presidente francés, Emmanuel Macron; el canciller alemán, Olaf Scholz; los presidentes de Polonia y Rumania, Andrzej Duda y Klaus Lohannis, respectivamente, así como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Biden relativizó el riesgo de una confrontación nuclear con Rusia, al afirmar no haber visto ningún movimiento “concreto”, un día después de que el presidente ruso Vladimir Putin decidió colocar en alerta a las fuerzas disuasorias de Moscú.
A la pregunta de si los estadunidenses deberían preocuparse por la posibilidad de una guerra nuclear, el presidente Joe Biden respondió: “No”.
Washington califica la orden de Putin de “retórica provocadora, innecesaria y peligrosa” que aumenta “los riesgos de incidente”, pero parece atribuirlo a una “escalada” y evita responder a ella.
“No vemos motivo alguno para cambiar nuestros propios niveles de alerta”, reaccionó el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price. “No hemos modificado nuestra posición”, confirmó su homóloga de la Casa Blanca, Jen Psaki, quien reivindica que quiere hacer “bajar la tensión”.
Un alto cargo del Pentágono dijo a los periodistas que Washington analiza el anuncio de Putin y resaltó que “no creo que hayamos visto nada concreto como resultado de su decisión. Al menos no por ahora”, añadió.
En su turno, Stoltenberg reiteró su condena a la ofensiva rusa, acusó a Bielorrusia de tener un “papel habilitador y descartó por ahora imponer una zona de exclusión aérea en Ucrania”.
Más ayuda en seguridad
Johnson defendió la necesidad de seguir apoyando al gobierno ucranio con armas defensivas, aunque no precisó cuántas y de qué tipo. Destacó la importancia de un mayor compromiso de aliados como Alemania, que este fin de semana aprobó incrementar significativamente su gasto militar.
Downing Street señaló que con las sanciones impuestas a Rusia, entre las que se incluye el cierre de puertos a barcos rusos, se busca “hacer caer” al presidente ruso Vladimir Putin, aunque no se busca el cambio de régimen, sino parar a Rusia, afirmó un portavoz de Boris Johnson a periodistas.
El ministro británico de Defensa, Ben Wallace, pidió a sus compatriotas no viajar a Ucrania a sumarse a los escuadrones formados por extranjeros para combatir a las fuerzas rusas, luego de que la canciller Liz Truss manifestó su respaldo a quienes lo hicieran.
Noruega, vecina de Rusia, donará a Kiev 2 mil lanzagranadas antitanque M72, explicó el primer ministro noruego, Jonas Gahr Store, en una nota de prensa oficial del gobierno.
Suecia enviará a Ucrania una ayuda de 52 millones de dólares junto con material militar, declaró la canciller sueca, Ann Linde.
Finlandia, otra vecina de Rusia, aportará 2 mil 500 fusiles de asalto, 150 mil municiones, mil 500 lanzagranadas y 70 mil raciones de campaña, precisó su ministro de Defensa, Antti Kaikkonen.
Canadá suministrará a Ucrania sistemas de armas antitanque y munición mejorada que se sumará a los tres embarques anteriores de equipos letales y no letales, informó su primer ministro, Justin Trudeau.
Reforzamiento de sanciones y expulsiones
En este contexto, Washington expulsó a doce diplomáticos rusos ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), a los que acusó de espionaje, mientras la Unión Europea impuso sanciones a 26 ciudadanos rusos y Suiza se sumó a las sanciones de la UE contra Putin y otros altos cargos rusos como el primer ministro Mijail Mishustin y el canciller Serguei Lavrov.
Al menos 250 mil personas se manifestaron en Colonia (Alemania) por la paz en Ucrania en una marcha que sustituyó al tradicional Lunes de Rosas del carnaval de la ciudad alemana, anulado por la pandemia de covid-19.
La UE entreabrió una puerta de acceso a Ucrania, pero advirtió que el proceso no ocurrirá de inmediato, como lo demanda Volodymir Zelensky, quien desea que el país sea aceptado “sin demora”.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, dijo que la ofensiva rusa se torna “cada vez más brutal y las fuerzas ucranias responden con coraje” al final de una videoconferencia con ministros europeos de Defensa.
Prohíbe Canadá importar crudo ruso
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció el veto de las importaciones de petróleo rusas, argumentando que los ingresos de esa industria han ayudado a apuntalar al presidente Vladimir Putin y a los oligarcas rusos para hacer la guerra contra Ucrania.
Trudeau dijo que Ottawa también proveerá a Ucrania de armas antitanque y munición adicional a los precedentes envíos de armas.
“Hoy anunciamos un veto en todas las importaciones de crudo desde Rusia, una industria que ha beneficiado enormemente al presidente Putin y a sus oligarcas”, dijo Trudeau en una rueda de prensa.
“Incluso cuando Canadá no ha importado sino cantidades muy limitadas en los últimos años, esta medida envía un fuerte mensaje”, añadió.
Canadá, con la cuarta reserva mundial más grande de crudo, es un exportador neto de petróleo, pero aun importa cantidades significativas desde otros países incluyendo Estados Unidos y Arabia Saudita, y recientemente también desde Rusia, para su consumo doméstico.