París. La mitad de la población mundial ya es “muy vulnerable” a los impactos crueles y crecientes del cambio climático, y la inacción “criminal” de los dirigentes amenaza con reducir las pocas posibilidades de un futuro vivible en el planeta, advirtió ayer la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El nuevo informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC) es un verdadero atlas del sufrimiento humano y no deja lugar a dudas: las consecuencias del calentamiento global provocado por las actividades humanas no se limitan al futuro.
El cambio climático y las condiciones meteorológicas extremas ya están perjudicando a la economía mundial y, si no se controlan, sumirán a millones de personas en la pobreza al tiempo que aumentarán los precios de los alimentos y perturbarán el comercio y los mercados laborales, añadió.
Sequías, inundaciones, canículas, incendios, inseguridad alimentaria, escasez de agua, enfermedades, subida de las aguas… Entre 3 mil 300 y 3 mil 600 millones ya son “muy vulnerables”, subraya el resumen para quienes deciden, negociado línea por línea, palabra por palabra, por los 195 estados miembros en esta sesión a puertas cerradas que se extendió más de 24 horas de las dos semanas previstas.
Y esto es sólo el principio. Si el mundo no se decide rápido a reducir de manera drástica las emisiones de gases de efecto invernadero, deberá hacer frente a un diluvio de impactos inevitables y, a veces, irreversibles en las próximas décadas.
“He visto muchos informes científicos en mi carrera, pero ninguno como este”, reaccionó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien lo describió como “un atlas del sufrimiento humano y una acusación que apunta al fallido liderazgo en materia climática”.
El sufrimiento es aún más importante para las poblaciones frágiles, los pueblos autóctonos o pobres, insiste el IPCC. Pero también afecta a países ricos, como lo recuerdan las terribles inundaciones en Alemania o los incendios devastadores en Estados Unidos el año pasado.
Frente a este dramático panorama, este informe no debería quedar eclipsado por la ofensiva en Ucrania, afirma Hans-Otto Pörtner, copresidente del grupo del IPCC que preparó el reporte. “El calentamiento del planeta nos persigue, ignorarlo no es alternativa”, declaró a la agencia de noticias Afp.
El nuevo informe de los expertos es un recordatorio de que la crisis climática amenaza a todos”, declaró Antony Blinken, jefe de la diplomacia estadunidense.
Cuestión de supervivencia
La temperatura del planeta aumentó una media de 1.1 grados Celsius desde la era preindustrial, y el mundo se comprometió en 2015, en el Acuerdo de París, a limitar el calentamiento bien por debajo de 2 grados, si es posible 1.5.
En la primera parte de su informe publicado en agosto pasado, los expertos del IPCC estimaron que para 2030 –es decir, 10 años antes de lo pensado– la temperatura alcanzaría el umbral de 1.5 grados Celsius.
Antes de un tercer informe previsto en abril sobre las soluciones para reducir las emisiones de gases de afecto invernadero, el documento publicado ayer subraya que superar aunque sea de manera temporaria el umbral de 1.5 grados Celsius podría causar daños irreversibles en los ecosistemas frágiles como los polos, las costas y las montañas, con efectos en cascada para las comunidades que viven ahí.
Las consecuencias desastrosas aumentarán con cada décima suplementaria de calentamiento.
El informe anticipa, además, la desaparición de 3 a 14 por ciento de las especies terrestres y advierte que para 2050 cerca de mil millones de personas vivirán en zonas costeras de riesgo.
En lo que denominó un “escenario de alta vulnerabilidad”, estimó que para 2050 habrá 183 millones de personas desnutridas en los países de bajos ingresos debido al cambio climático.
El documento se publica en un contexto de aumento de los precios de los combustibles y de la inflación que ha llevado a algunos políticos a resistirse a los esfuerzos por promover fuentes de energía más limpias, argumentando que hacerlo sólo aumentará el costo de la vida de los más pobres.
“La adaptación es crucial para nuestra supervivencia”, comentó el premier de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, quien preside la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS).
Brown instó a los países desarrollados a respetar su compromiso de aumentar la ayuda climática a los países pobres, en particular para permitirles prepararse para enfrentar las catástrofes que anuncian.
Sobre este punto, el informe constata que a pesar de algunos progresos, los esfuerzos de adaptación son en su mayoría “fragmentados, a pequeña escala” y que sin un cambio de estrategia, la brecha entre las necesidades y lo que hay que hacer podría acentuarse.
Pero en un cierto punto, adaptarse ya no será posible. Algunos ecosistemas ya fueron empujados “más allá de su capacidad de adaptarse” y otros se sumarán si el calentamiento global continúa, advierte el IPCC, subrayando que la adaptación y la reducción de las emisiones de dióxido de carbono deben ir de la mano.
“A la luz de los compromisos actuales, las emisiones mundiales aumentarán casi 14 por ciento en la década actual. Eso supondrá una catástrofe. Destruirá cualquier posibilidad de mantener vivo el objetivo de 1.5 grados Celsius, denunció Guterres, señalando como “culpables” a los grandes países emisores.
“El abandono del liderazgo es un delito”, mencionó.
A pesar del cataclismo constatado, varios estados como China, India y Arabia Saudita intentaron durante la negociación retirar las referencias al objetivo de 1.5 grados Celsius, indicaron fuentes que participaron en las discusiones.
El mundo prometió en la conferencia sobre clima de Naciones Unidas COP26 de Glasgow, en noviembre, acelerar la lucha contra el calentamiento global y reforzar sus ambiciones de cara a la COP27 de Egipto a celebrarse en noviembre próximo.
“No olvidemos una cosa: estamos todos en el mismo barco”, manifestó el ex primer ministro de Tuvalu, Enele Sopoaga. “O le permitimos flotar o nos hundimos y nos ahogamos todos”, agregó este ex dirigente de la pequeña isla del océano Pacífico.