Si atendiéramos a los signos políticos desde donde se miran los futuros de ciertos personajes, bien podríamos decir que la suerte de la alcaldesa en Cuauhtémoc está echada, y que su remoción es cosa de semanas, tal vez días.
Esto porque ahora son los vecinos los que quieren retirar a la política, que es muy cercana a Ricardo Monreal, y hablamos de los vecinos que ayer vieron frustrados sus deseos de hacer públicos sus desacuerdos con la funcionaria, porque la alcaldesa, al enterarse que la plazoleta de la delegación sería utilizada para realizar una protesta en su contra, organizó un “convivio” con ambulantes afines a Alejandra Barrios que ocuparon el lugar e impidieron la manifestación.
Y si ese es el sentir de los habitantes de la Cuauhtémoc, las autoridades judiciales de la ciudad no deberían estar muy alejadas. Eso de que la alcaldesa Sandra Cuevas golpeó y ordenó golpear a policías ha calado mucho entre los propios policías, que ahora trabajan casi bajo protesta, y con la idea de que su labor es para la ciudad y no para la señora Cuevas.
Pero el sentir de las autoridades también tiene su rol en este conflicto, y eso porque la mayoría piensa como algo imposible dejar impune a la señora Cuevas, después de haber humillado y lastimado físicamente a los uniformados que pretendían ayudarla en un problema con vendedores ambulantes.
El expediente de los berrinches violatorios de la ley de la funcionaria es abultado, y el caso, de por sí delicado, deberá tener consecuencias muy pronto antes de que las presiones del cuerpo policiaco se hagan presentes.
Por lo pronto, la alcaldesa sigue retando a las autoridades como si no supiera que lo que hizo es una falta grave, hasta donde nos indican los abogados, y pasarla por alto tendría consecuencias muy profundas para la ley y la gobernanza.
La fiscal de la ciudad, Ernestina Godoy, seguramente ha tomado en cuenta todos los datos que rodean el trabajo de la mujer. El trabajo de la fiscal, hasta ahora de muy buen nivel, seguramente no será expuesto a una descalificación si no se hace justicia, sólo justicia, en el caso Cuauhtémoc.
Y es que ayer, para juntar gente que ocupara la explanada de la alcaldía, se dedicó a lanzar pelotas con billetes pegados para atraer a quienes impidieran que la protesta programada se llevara a efecto.
Si en el gobierno no se entiende para dónde va la señora Cuevas, y nadie se atreve a pararla, entonces estamos frente a un problema mayor que tiene que solucionarse ya.
De pasadita
Por cierto, parece un hecho que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, sin temor a las amenazas ni a las multas, siga con su labor informativa sobre el ejercicio ciudadano que se efectuará el 10 de abril en todo el país.
Con la certeza de que el INE la atacará, la jefa de Gobierno pone por encima de todo el derecho ciudadano a elegir la permanencia de un político en el poder, y pone a la información como algo indispensable que deberían hacer las autoridades electorales, pero que al negarse a ello, dejan un inmenso hoyo en la democracia, hoyo que alguien tiene que hacer.
Y más que la importancia que tienen los números para este ejercicio –estamos enterados de que la aceptación al trabajo de AMLO rebasa los 60 puntos–, el componente fundamental es el instrumento que se pone en manos del ciudadano como un derecho al que podrá acudir para cambiar los destinos del gobierno.
Y será muy interesante saber de la madurez política de la gente, cuando, como decíamos, tendrá en las manos el instrumento que, insistimos, es su derecho.