Washington. Las vallas fueron instaladas de nuevo alrededor del Capitolio estadunidense un día antes del discurso sobre el Estado de la Unión que ofrecerá el presidente Joe Biden. Los vehículos de la policía con las luces intermitentes encendidas se encuentran estacionadas en cruces y autopistas importantes. Y la Guardia Nacional está preparada.
Es la nueva normalidad.
Si bien no existen amenazas específicas o creíbles relacionadas con el discurso anual del presidente Biden, los agentes de seguridad no están tomando riesgos luego de los incidentes del 6 de enero de 2021, cuando una turba violenta tomó por sorpresa al Distrito de Columbia e irrumpió exitosamente en el Capitolio de Estados Unidos, interrumpiendo la certificación de la victoria electoral de 2020 de Biden por la presidencia.
Desde entonces, la Policía del Capitolio de Estados Unidos, que tiene la tarea de proteger a los legisladores y a todo aquel que se encuentre en el inmueble y sus inmediaciones, ha reforzado la seguridad previo a las protestas planeadas en el área. Y esta vez, las autoridades también se preparan para las caravanas de camioneros que planean protestar contra las restricciones pandémicas a partir de esta semana, aunque no están preocupadas sobre asuntos de seguridad graves con los posibles manifestantes.
Siguiendo el ejemplo de las recientes protestas de camioneros en Canadá, caravanas separadas de camiones se han organizado a través de foros en internet. Muchas tienen distintos puntos de partida, fechas de salida y rutas, y algunas podrían llegar a tiempo para el discurso del Estado de la Unión. Otras podrían llegar después.
El discurso anual del presidente está diseñado como un “evento nacional de seguridad especial” que abre las puertas a la comunicación, los fondos y la preparación entre múltiples agencias en Washington, incluyendo la Policía del Capitolio, el Pentágono, Seguridad Nacional y la policía del área del distrito. Otros eventos de este tipo son el Super Bowl y las Convenciones Nacionales Demócratas y Republicanas. El Servicio Secreto de Estados Unidos está a cargo del evento.
El evento requiere de meses de planeación y las autoridades empiezan a discutir la manera de mejorar la seguridad justo en cuanto termina el Estado de la Unión del año previo.