Los mercados energéticos son el escenario central de la crisis de Ucrania, ya que los flujos de petróleo y gas entre Rusia y Europa se encuentran entre los más relevantes a nivel mundial. Además, el bloqueo de algunos bancos rusos del Swift eleva el riesgo, lo que puede llevar el precio del crudo a los 120 dólares por barril.
El gas natural y el petróleo se encuentran entre los productos básicos que verán un impacto si la situación se intensifica.
Natasha Kaneva, jefa de estrategia global de productos básicos de JP Morgan, destacó que la estrechez fundamental del mercado del petróleo es tal que cualquier interrupción en los flujos desde Rusia en un contexto de baja capacidad excedentaria en otras regiones fácilmente podría elevar los precios del crudo a 120 dólares por barril; toda vez que una reducción a la mitad de las exportaciones del energético ruso probablemente impulsaría el precio del Brent a 150 dólares.
La decisión adoptada el sábado por los aliados occidentales de bloquear el acceso de algunos bancos rusos al sistema de pagos Swift, Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales, el cual facilita los pagos transfronterizos rápidos, haciendo que el comercio internacional fluya sin problemas, podría ponerle más presión a los precios del petróleo, ya que los riesgos de comerciar con el petróleo ruso se disparan, según analistas.
Los precios europeos del gas natural reaccionaron con nerviosismo ante la escalada del conflicto subiendo alrededor de 50 por ciento, dado que los flujos de ese energético de Rusia a Europa se concentran en gran medida a través del Mar Báltico, el temor por la falta de suministro representa la posibilidad de sanciones más que de riesgo de daños a la infraestructura, aseveró Norbert Rücker, jefe de economía e investigación de Next Generation del banco privado Julius Baer.
Explicó en un análisis que Europa compra grandes cantidades de gas natural (alrededor de 30 a 35 por ciento) y petróleo (alrededor de 25 a 30 por ciento) a Rusia. En el otro sentido, la mayoría de las exportaciones rusas de gas natural (más de 90 por ciento) y petróleo (aproximadamente 50 por ciento) son hacia Europa.
Debido a los precios internos regulados, las exportaciones de gas natural son especialmente claves para los ingresos del gobierno. Al igual que con cualquier comercio, las dependencias son mutuas, si no es que se inclinan en contra de Rusia.
Desde 2020, los flujos de gas natural a través de Bielorrusia y Ucrania cayeron gradualmente hasta, en ocasiones, ser casi inexistentes. Mientras tanto, los flujos a través del Mar Báltico se mantuvieron cerca de su capacidad y actualmente representan hasta 80 por ciento del total.
Por lo tanto, las preocupaciones claves no son los daños en los territorios ahora devastados por la guerra, sino la posibilidad de sanciones o aranceles, describió Rücker.