Las medidas de política monetaria y disposiciones financieras adoptadas por el Banco de México (BdeM) para el ordenado desarrollo del sistema financiero mexicano contribuyeron a mitigar los efectos económicos causados por la emergencia sanitaria provocada por el SARS-CoV-2 (covid-19) en 2020, pero faltó la artillería fiscal, demostró la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
De acuerdo con la dirección general de auditorías a programas presupuestarios de la ASF, el Banco de México implementó 15 medidas monetarias, financieras y del mercado cambiario, de las cuales siete se relacionaron con la provisión de apoyo al funcionamiento del sistema financiero hasta por 800 mil millones de pesos, equivalente a 3.3 por ciento del PIB y dos de ellas por 90 mil 000 millones de dólares, a fin de contribuir al ordenado desarrollo del sistema financiero, así como crear mejores condiciones para que los intermediarios financieros pudieran cumplir su función prioritaria de proveer financiamiento a la economía, en particular, el destinado a las micro, pequeñas y medianas empresas. Al 31 de diciembre de 2020, se había asignado un monto total de 464 mil 970 millones de pesos (58.1 por ciento) y 21 mil 940 millones de dólares (24.4 por ciento), lo que aseguró que estos mercados contaran con liquidez adicional en ese año, por lo que las medidas implementadas contribuyeron a un ordenado desarrollo del sistema financiero, ante la emergencia sanitaria.
Con la revisión de las minutas de las reuniones de la junta de gobierno del Banco de México y la información que presentan respecto del entorno económico y financiero; la evolución de la inflación, sus determinantes y perspectivas para las reuniones de política monetaria en 2020, en las que estuvo presente personal de la Secretaría de Hacienda, y se comprobó que la entidad fiscalizada, en su función de agente financiero y de asesor del gobierno federal, mantuvo relación con esa secretaría para analizar la evolución reciente de la economía y los mercados financieros nacionales e internacionales, y sirvió de mecanismo para comentar que, de entre los asistentes, “algunos consideraron que la ausencia de un enfoque integral de apoyo particularmente en virtud de la modesta respuesta fiscal, podría resultar en una recuperación más lenta”.
La auditoría detalló que en 2020, el Banco de México echó a andar una serie de medidas orientadas en respuesta a la volatilidad de los mercados financieros, un crecimiento económico más débil y expectativas de inflación.
El conjunto de dichas medidas pretendió mitigar los efectos de la pandemia en los mercados financieros, y cambiario, fortalecer los canales de otorgamiento de crédito, proveer de liquidez en moneda nacional y extranjera para promover el sano desarrollo del sistema financiero, con el objetivo de propiciar una recuperación más acelerada de la economía mexicana.
Se verificó que las 15 medidas se agruparon en cuatro finalidades o ejes: provisión de liquidez, para fomentar un comportamiento ordenado de los mercados financieros, para fortalecer los canales de otorgamiento de crédito y para promover el comportamiento ordenado del mercado cambiario. Estos ejes se relacionaron con el cumplimiento de la misión, por lo que el BdeM acreditó que reguló los servicios financieros, los sistemas de pago y actuó como agente financiero del gobierno federal.