Ciudad del Vaticano. El papa Francisco hizo el domingo un apasionado llamado a favor de corredores humanitarios para ayudar a los refugiados a salir de Ucrania y dijo que quien hace la guerra no debe engañarse pensando que Dios está de su lado.
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Mientras algunos de los presentes en su audiencia en la Plaza de San Pedro sostenían grandes banderas ucranias, el Santo Padre dijo que tiene el "corazón desgarrado" e invitó a la gente a participar en una jornada internacional de oración y ayuno por la paz que ha convocado para el Miércoles de Ceniza, el 2 de marzo.
"Quien hace la guerra olvida a la humanidad. No parte de la gente", dijo desde la ventana de la biblioteca papal que da a la plaza.
"No mira la vida concreta de las personas, sino que antepone a todos los intereses de parte y de poder. Confía en la lógica diabólica y perversa de las armas, que es la más alejada de la voluntad de Dios".
Observando las banderas ucranias de abajo, dijo "Alabado sea Jesucristo" en ucranio.
Hablando con voz apasionada, dijo que le conmovían las imágenes de los ancianos que buscaban refugio y de las madres que escapaban con sus hijos.
"Son hermanos y hermanas para los que es urgente abrir corredores humanitarios y que deben ser acogidos", sostuvo.
La agencia de la ONU para los refugiados dijo el domingo que unas 368 mil personas habían huido al extranjero y que el número seguía aumentando.
"¡Que callen las armas! Dios está con los operadores de paz, no con quien emplea la violencia (…) es la gente común la verdadera víctima que paga sobre su propia piel las locuras de la guerra", afirmó el Sumo Pontífice.
El sábado, Francisco llamó al presidente ucranio, Volodymyr Zelenskiy, y le expresó su "más profundo dolor" por el sufrimiento del país.
El día anterior realizó una visita sorpresa a la embajada rusa para transmitir al embajador de Moscú su preocupación por la invasión rusa a Ucrania, en una ruptura sin precedentes del protocolo diplomático.
Francisco, de 85 años, tenía que haber ido a Florencia el domingo para clausurar una reunión de alcaldes y obispos de la zona mediterránea, pero se quedó en el Vaticano debido a molestias en una rodilla. Tampoco podrá asistir a los servicios del Miércoles de Ceniza en una iglesia de Roma.