La guerra en Ucrania continúa con toda dureza. La madrugada de este sábado (mientras en México todavía era viernes por la tarde), el presidente Volodymir Zelensky llamó a sus compatriotas a defender la capital de un inminente ataque de las tropas rusas, que ya habrían rodeado Kiev desde el norte y el suroeste. De acuerdo con el Ministerio de Defensa ucranio, en esta dirección se libraban “violentos combates” en el curso de los cuales derribaron un avión de transporte IL-76, al tiempo que al este del país destruyeron un helicóptero y un caza.
Mientras los ejércitos se enfrentan, el drama humano se manifiesta en un número aún desconocido de bajas civiles y cientos de miles de desplazados. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) informó que en las primeras 48 horas de las hostilidades que comenzaron la madrugada del jueves, 50 mil ucranios huyeron de su nación, la mayoría en dirección de Polonia y Moldavia, y al menos 100 mil se desplazaron dentro del país para intentar ponerse a salvo de las acciones bélicas. Estos números crecen a cada minuto y podrían alcanzar magnitudes verdaderamente dramáticas, con un estimado –según Washington– de hasta 5 millones de desplazados.
La única esperanza abierta para los civiles atrapados en el fuego es que, sin dejar de lado los llamados chovinistas y expresiones de hostilidad francamente deplorables, tanto Kiev como Moscú han dejado entrever la posibilidad de una salida negociada al conflicto. Desde el lado ucranio, el presidente Zelensky difundió un video donde se dirige a su homólogo ruso, Vladimir Putin, a quien le pide sentarse negociar para evitar más muertes; y su secretario de Prensa, Serguei Nikiforov, afirmó que “Ucrania estaba y sigue estando dispuesta a hablar sobre el alto el fuego y la paz; ésta es nuestra posición constante” en un desmentido a la vocera de la cancillería rusa, Maria Zajarova, quien dijo que Kiev se negaba a las negociaciones. Desde el Kremlin, el vocero presidencial, Dimitri Peskov, tomó nota del exhorto de Zelensky, expresó que “parece en el sentido correcto” y manifestó que “tendrán que analizarlo”.
Cabe esperar que estos resquicios abiertos al diálogo sean explorados y aprovechados al máximo, de tal manera que sin más dilación se ponga fin a las operaciones armadas y a toda la destrucción que éstas acarrean sobre ciudadanos que nada tienen que ver en el conflicto. Cabe también hacer votos porque la comunidad internacional, y en particular las naciones occidentales, pongan su influencia al servicio de la paz y no a exacerbar las diferencias que dieron pie a la actual situación.