Moscú. Mientras los tanques rusos, en el segundo día de hostilidades, seguían avanzando hacia Kiev, donde hoy se registraban ya combates en las calles, y bloqueaban los accesos a la capital desde el oeste, el mandatario ruso, Vladimir Putin, exhortó a los militares ucranios a tomar el poder. En tanto, su colega ucranio, Volodymir Zelensky, esperaba esta madrugada una ofensiva rusa contra varias ciudades del país y no se descarta que este sábado delegaciones de Rusia y Ucrania intenten negociar un alto el fuego en algún país neutral.
GALERÍA: La ofensiva rusa se cierne sobre Kiev.
Pasada la una de la mañana, Zelensky dirigió el enésimo mensaje a la nación: “Esta noche será más dura que el día. Van a lanzar una ofensiva contra ciudades como Chernigov, Sumy, Jarkov, el Donbás, el sur del país y, sobre todo, Kiev”.
Concluyó: “No podemos perder la capital. Esta noche tenemos que resistir, el destino de Ucrania se decide en este mismo momento. La noche será difícil, muy difícil”.
Al cierre de esta edición se reportaron combates en las calles de Kiev, donde las fuerzas ucranias ofrecían resistencia después de una noche de explosiones alrededor de la capital.
Antes, cuando el ministerio de Defensa ruso informó que sus tropas entraron en la ciudad de Melitopol, Serguei Nikiforov, secretario de prensa de Zelensky, afirmó que su país “no se ha negado a negociar”, como aseguró la vocera de la cancillería rusa, Maria Zajarova.
Nikiforov incluso reveló que Zelensky pidió la mediación de Israel, que –a la hora de cierre de esta edición– aún no había dado su anuencia.
La cancillería de Rusia anticipó que haya o no esa reunión, la operación militar no se detendrá, al tiempo que el alcalde de la capital ucrania, Vitali Klitschko, advirtió que “la situación ahora en Kiev, sin exagerar, es preocupante. Esta noche, y sobre todo al amanecer, será muy complicada: las tropas rusas se aproximan a nuestra ciudad”.
La posibilidad de celebrar esa reunión, primero en Minsk, a propuesta de Rusia, y luego en Varsovia, sugerida por Ucrania, ocupó medio viernes desde que Zelensky dijo:
“Me dirijo una vez más al presidente de Rusia. En todo el territorio de Ucrania hay combates. Sentémonos a negociar para evitar más muertes”, y agregó que ya que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) “no nos garantiza que ingresaremos en la alianza noratlántica, estamos dispuestos a discutir con Rusia el estatus neutral de Ucrania”.
El vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, confirmó que “tomamos nota. Es una nueva declaración. Nos llamó la atención. Parece que es en el sentido correcto. Ahora tenemos que analizarlo”.
Más tarde, Peskov precisó: “El presidente Vladimir Putin anunció que el objetivo de la operación militar era ayudar a la RPD y la RPL (autoproclamadas repúblicas populares de Donietsk y Lugansk) y ello presupone desmilitarizar y desnazificar Ucrania. Y eso, justamente, es un elemento esencial del estatus neutral”.
Agregó: “En ese contexto, en respuesta a la propuesta de Zelensky, Putin está dispuesto a mandar a Minsk una delegación, compuesta por representantes de los ministerios de Defensa y Relaciones Exteriores , así como de la Oficina de la Presidencia, para reunirse con una delegación ucrania”.
Sin embargo, al recibir a un grupo de representantes de los “nuevos países”, el canciller Serguei Lavrov reiteró: “No hay problema para sentarse a negociar, lo haremos sólo cuando el ejército ucranio deponga las armas”.
Porque, según él, “el presidente Vladimir Putin decidió iniciar una operación militar especial para desmilitarizar y desnazificar Ucrania para que, al liberarse de ese yugo, los ucranios puedan libremente elegir qué hacer con su futuro”.
Se dejó de hablar del asunto hasta que Nikiforov volvió a poner el tema entre las noticias principales de las agencias y canales de televisión de todo el mundo. Sin embargo, negociar las condiciones de un alto el fuego, que ambas partes entienden de manera diferente, y si es que se puede llevar a cabo esa reunión, no será nada fácil: Ucrania pide “un paquete de garantías de seguridad claras” a cambio de declararse neutral y Rusia, hasta ahora, sólo la rendición incondicional.
Antes, al hablar en una reunión del consejo de seguridad de Rusia, de acuerdo con el fragmento que difundió la televisión pública local, Putin se dirigió a los militares ucranios:
“No permitan que utilicen a sus hijos, esposas y ancianos como escudos humanos, tomen el poder y creo que podremos ponernos de acuerdo con más facilidad que con esa banda de drogadictos y neonazis que se aferró en Kiev y mantiene como rehén a toda la población de Ucrania”.
Explicó: “Como esperábamos, nuestras tropas están combatiendo de modo heroico y profesional contra los elementos nazis que se incrustaron en el ejército ucranio, con la táctica de los terroristas en todo el mundo y a sugerencia de los instructores extranjeros, en primer lugar estadunidenses”.
Lo grave, opinan varios analistas, es que “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania, en la interpretación del Kremlin, sólo puede significar derrocar por la fuerza el gobierno legítimo de Kiev, aparte de seguir presionando a la OTAN.
Y se preguntan, a modo de ejemplo, si la meta proclamada de la operación es proteger a la población del Donbás, ¿para qué tomaron los militares rusos una isla deshabitada, Zmeiny, en el mar Negro, matando a los 13 guardafronteras que defendían la soberanía de Ucrania? Esa isla se encuentra a mil kilómetros del Donbás y a menos de 70 kilómetros de Rumania, miembro de la OTAN.
Rusos y ucranios ofrecen partes de guerra como si se tratara de dos conflictos armados y no del mismo.
Dicen los rusos: “Las tropas rusas bloquearon las ciudades de Sumy y Konotop, colindantes con la región de Kursk en Rusia; desde Lugansk avanzaron 21 kilómetros, desde Donietsk, 25 kilómetros; destruyeron 211 objetivos militares, derribaron seis aviones de combate, un helicóptero, cinco drones, 67 tanques y carros blindados”.
Dicen los ucranios: “Continúa la ofensiva del ejército ruso en las direcciones seleccionadas, con apoyo de la aviación y el uso de armas de alta precisión, nuestras fuerzas armadas defienden Kiev y otras posiciones; el ejército ruso ataca con aviones y artillería la infraestructura civil (Moscú insiste en que sólo se trata de la infraestructura militar); en dos días de combates, el ejército ucranio ha destruido 80 tanques, 516 carros blindados, 10 aviones, siete helicópteros…” y asegura que las bajas de militares rusos ascienden a 2 mil 800 (el ministerio de Defensa de Rusia no revela ningún dato al respecto).