Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, descartó ayer una intervención militar en Ucrania, al igual que horas antes lo hizo el secretario general del Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, en medio de una cascada de condenas a la ofensiva rusa en el país eslavo.
En respuesta, el presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, lamentó este viernes que su país haya quedado solo y preguntó: “¿quién está dispuesto a combatir con nosotros? No veo a nadie. ¿Quién está listo a dar a Ucrania la garantía de una adhesión a la OTAN? Todo el mundo tiene miedo”.
Biden informó que se reforzarán las sanciones contra Rusia, al destacar la caída del rublo y aseguró que Vladimir Putin realmente lo que busca es restablecer la URSS.
“Nuestras fuerzas no están y no estarán involucradas en el conflicto con Rusia en Ucrania, nuestras fuerzas no irán a Europa a pelear en Ucrania, sino a defender a nuestros aliados de la OTAN y a tranquilizar a nuestros aliados en el este”, afirmó Biden en un discurso televisado.
“Esto es un ataque premeditado”, expresó el mandatario al subrayar que “Putin es el agresor. Él eligió esta guerra. Y ahora él y su país sufrirán las consecuencias”.
Explicó que las sanciones impuestas tras la incursión están diseñadas para tener un impacto de largo plazo, limitarán la capacidad de Rusia para hacer negocios en dólares, libras, euros y yenes, y advirtió que su gobierno está preparado para hacer más. Biden impuso controles a las exportaciones estadunidenses para privar a las industrias y al ejército rusos de semiconductores y otros productos estadunidenses de alta tecnología.
De momento se abstuvo de represalias más severas, incluida la exclusión de Rusia del sistema de pago SWIFT, que permite las transferencias de dinero de un banco a otro en todo el mundo, o al sector energético ruso, debido al temor de que la medida pudiera repercutir en Europa y otras economías occidentales.
Tras destacar que este es un momento peligroso para Europa, sentenció: “Putin será un paria en la escena internacional”.
Bajo la premisa de que Kiev no forma parte de la alianza, la OTAN también descartó intervenir militarmente. “No tenemos planes de enviar tropas de la OTAN a Ucrania”, confirmó el secretario general de la alianza militar, Jens Stoltenberg.
La OTAN activó sus planes de defensa –paso que concede autoridad a comandos militares para mover tropas– para reforzar la protección de los países de la alianza.
Un funcionario estadunidense citado por Afp comunicó que el objetivo de la incursión rusa es “decapitar” al gobierno ucranio para “instalar su propia forma de gobierno”. Aseguró que el ejército ruso lanzó unos 100 misiles balísticos, principalmente contra instalaciones de infraestructura militar, y usó 75 bombarderos pesados y medianos.
Condenas
Los mandatarios del Grupo de los Siete (G-7, integrado por Alemania Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) se reunieron de manera virtual. Biden tuiteó que acordaron seguir adelante con lo que describió como “paquetes devastadores de sanciones y otras medidas económicas” contra Rusia.
En el mismo tenor, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, denunció el “ataque injustificado” de Rusia contra Ucrania e indicó que la Unión Europea impuso sanciones que afectarán 70 por ciento del sector bancario ruso y empresas estatales claves, incluidas las de defensa. Un segundo paquete de penalidades apuntan al sector de la energía e implica la prohibición de exportar petróleo y gas.
Estados Unidos expulsó al ministro consejero Sergey Trepelkov, número dos de la embajada rusa en Washington, en una decisión no relacionada con la acción militar rusa sobre Ucrania, sino que forma parte de una prolongada disputa sobre el personal de las embajadas.
Al repudio a la acción militar rusa se sumaron el primer ministro británico, Boris Johnson; el canciller alemán, Olaf Scholz; el presidente francés , Emmanuel Macron; el mandatario español, Pedro Sánchez, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, entre otros líderes mundiales, así como los gobiernos de Japón, Países Bajos, Turquía, Israel y Rumania.
En contraste, Irán responsabilizó por el conflicto a la OTAN por sus “provocaciones”.
Eslovaquia desplegó fuerzas en la frontera con Ucrania. Moldavia cerró su espacio aéreo y Bielorrusia parte del suyo tras la invasión de Ucrania.