Vivimos un gran momento de cantautoras mexicanas. Una generación que hereda fuerzas tanto de décadas lejanas (María Greaver, Consuelo Velázquez en composición; Lucha Reyes, Chavela Vargas, Amparo Ochoa, Eugenia León, en interpretación) como cercanas: Julieta Venegas, Ely Guerra, Natalia Lafourcade, Carla Morrison. Mujeres de ejecución en apariencia delicada, pero con gran potencia interior y destacada técnica, ya sea instrumental, composicional o vocal, las cuales además, de manera voluntaria o involuntaria (el entorno les hace crear y/o cantar de forma local) hacen eco de la música tradicional.
El turno fuerte le llega ahora a una joven de 24 años que viene empujando con gran talento: la cantante, autora y multinstrumentista veracruzana Silvana Estrada, quien aun en pandemia realizó alcances exitosos en España (Festival de Jazz Palacio Real en 2021) y Estados Unidos (elogiosas críticas en medios especializados) para arribar a la par de este año con un esplendente segundo disco: Marchita (Glassnote, 2022).
Nacida en Xalapa, hija de padres lauderos, crecida con la vibración del son en la piel y el exuberante paisaje de su estado, rico en follajes tropicales, ríos, mares y aves, Silvana reúne en su formación finos dotes de jazz y delicada poesía bucólica, igual fantástica que dolorosa. Musicalmente, la evolución entre su debut, Lo Sagrado (2017), y el actual trabajo es interesante, pues demuestra su vasto potencial. El primero, de exquisita expresión jazzística (contrabajo, guitarra acústica y eléctrica, metales, batería), grabado en coautoría con el guitarrista estadunidense Charlie Hunter, mezcla dos mundos: arreglos contemporáneos de dicho género por un lado, y la distintiva voz de Estrada por el otro, plagada de falsetes y semitonos punzantes, igual descendientes del jarocho y el canto arabesco, melismático ( tarab), como del canto latinoamericano, con construcciones y emisiones que recuerdan a la chilena Violeta Parra o la venezolana Soledad Bravo, y letras que si bien rozan la conciencia social de forma sutil, se concentran más en el mundo interior de la mente y el corazón.
En Marchita, si bien no abandona del todo el jazz, el sonido se aleja del sonido neoyorquino y se vuelve más universal, más de cámara: debajo de su falsete crónico, ahora resuenan ensambles de cuerda, alientos (metales y maderas), órganos, percusiones acústicas y, por supuesto, su inseparable cuatro venezolano. Notable es lo mucho que aquí ha afilado la belleza poética de sus letras, plenas de dolor tras la pérdida amorosa, amalgamadas con imágenes de la naturaleza, así como con sentimientos de alivio y sanación. Dulzura y tristeza, aprecio por lo vivido, melancolía y esperanza. Escucharla es hermanarse inevitablemente con su sentir, pues su voz, hermosa ave de la costa, se anida en los latires de quien la oye, y lo lleva a volar sobre su mismo consuelo oceánico. La ascendencia y tradición de su primer disco permanecen, sin llegar a ser un disco de música tradicional, sino uno atemporal, de art-pop actual. En esencia, Marchita es una bellísima pieza musical de nuestro tiempo, que igual retrata un espíritu triste que paradójicamente, al cantar marchita, en realidad florece. No hay que perder de vista a tan valiosa artista.
EDC. Mengers + Cadena Nacional. La Gran Locumbia. Alex Milán. Jean Loup.
Viernes 25. 1. Crujidos eléctricos y borrosos con Mengers, Americojones Experience y Cadena Nacional. Alicia (Cuauhtémoc 91-A, Roma). 20 horas, $200. 2. Cumbia psicodélica con La Gran Locumbia! Parker & Lenox (Milán 14, Juárez). 22 horas, $200. 3. 25, 26 y 27 de febrero: Electric Daisy Carnival (EDC), el rave comercial más grande del año, con amplio elenco nacional e internacional. Tres días de electrónica enferma, seis escenarios y mucha tacha. Entre decenas más: Grimes (Dj set), Deadmou5, Carl Cox, Infected Mushroom, Deorro, Dramian, Flor Capistrán, Silverio, Alan Walker, Alejandro Franco, Dj Chrysler, Ghetto Kids, Jessica Audiffred, Zombies in Miami, André VII, Dimitri Vegas, Pahua, Rebolledo, Süss... Autódromo Hermanos Rodríguez; viernes inicia a las 16 horas, sábado y domingo a las 14; los tres días hasta las 2 de la mañana; $3,300 a $4,272. Detalles: https://mexico.electricdaisycarnival.com/
Sábado 26. 1. Jazz en el Museo Tamayo: Alex Milán Gypsy Trio en vivo. Reforma 51 (Pabellón Tamayo). 12 horas, acceso libre. 2. El fino pop-funk-soul-jazz del maestro Fratta, poético, elegante, amoroso y esperanzador. Muy recomendable. Foro del Tejedor (Álvaro Obregón 86, Roma). 19:30 horas, $400. 3. El indie-pop intrincado, flotante y suave de Jean Loup e Ikiatari; también: Dj Perro. Indie Rocks! (Zacatecas 39, Roma). 19 horas, $150.
Twitter: patipenaloza
