Ciudad de México. Un poema de amor recibirá al público en la sala Nezahualcóyotl en el regreso de la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (Ofunam) este sábado. Una obra de Blas Galindo inspirada en los versos de Pablo Neruda da comienzo a la programación de la primera temporada de 2022, que tendrá dos señas de identidad: las aportaciones de las mujeres en la música y un equilibrio entre un repertorio de obras consagradas conocidas por el público en amalgama con piezas nuevas que permitan dilucidar qué ha pasado con el siglo XX, sobre todo en la segunda mitad.
José Wolffer, titular de la coordinación de Música UNAM, celebra este regreso, donde es muy notable la presencia de compositoras y directoras, algo que parecía un pendiente ineludible y muy importante: empezar a reflejar las aportaciones que han hecho las mujeres a lo largo de la historia. “Es una de las tomas de conciencia de estos tiempos por incorporar también en la orquesta, agrupación que tiene un peso simbólico dentro del quehacer cultural universitario, de la ciudad y el país”, afirma en entrevista.
“Estamos muy conscientes de que hay mucho camino por andar para lograr una situación más equilibrada. Pero me pareció que fuera una declaración de intenciones de la orquesta y la universidad”, expresa unos días antes de “regresar a casa” en el Centro Cultural Universitario, aunque se complicó un poco con la aparición de la variante ómicron del covid. “La universidad sin la Ofunam se siente como que falta una parte; nos da mucho gusto contribuir con esto”.
De los siete programas que se ofrecerán entre el 26 de febrero y el 10 de abril, en cinco se integraron piezas de compositoras, cuatro de las cuales son estrenos en nuestro país. Como parte de las jornadas de las mujeres de la música, encabezarán los conciertos de las dos primeras semanas de marzo las directoras de orquesta Jeri Lynne Johnson y Catherine Larsen-Maguire.
Los directores invitados también reciben la encomienda de ser embajadores de la cultura de la cual provienen. Dos casos muy claros son el segundo programa, el 5 y 6 de marzo, con Jeri Lynnne, de origen afroestadunidense, una particularidad dentro de la música clásica, lo que le impuso retos en su carrera profesional debido a los prejuicios raciales. Ella propuso la pieza Source Code de Jessie Montgomery. Sucede algo similar con Larsen-Maguire, quien es británica y trajo a Sally Beamish, una propuesta del mismo país.
“Cualquier posibilidad está abierta, no hay ninguna restricción respecto del género de quien pueda ocupar la titularidad de la orquesta”, responde ante el cuestionamiento de la llegada de una mujer como directora artística de la Ofunam, después de que Massimo Quarta finalizó su periodo al frente de la orquesta universitaria.
Se trataba de un proceso de renovación contemplado desde 2020, que también frenó la pandemia, pues se tuvieron que suspender actividades durante año y medio. “Estamos esperando condiciones más favorables que nos permitan llevar a cabo el proceso de selección de director o directora titular”.
Pospatriarcado y pospandemia son dos directivas en consonancia con Rosa Beltrán, quien recientemente asumió la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, relata Wolffer. Aunque con modificaciones, la pandemia sigue presente. Uno de los indicadores fue la necesidad de seguir programando piezas orquestales que requieran menor número de músicos, lo cual hace necesario un formato más acotado con el fin de mantener la sana distancia y salvaguardar la salud de los músicos y el público.
La situación ha implicado un ejercicio de búsqueda para Wolffer y los directores huéspedes, para investigar más en el legado musical y en la creación contemporánea, con programas balanceados, pero acordes con las restricciones. Así, a lo largo de siete semanas aparecen en el programa reconocidos compositores, como Mozart, Wagner o Stravinski, junto con otros menos interpretados y algunos mexicanos, entre ellos Blas Galindo y su poema musical al silencio, que inicia la temporada con el primer programa que estará dirigido por Iván López Reynoso.
Los conciertos siguen con aforo limitado a 30 por ciento de la capacidad de la sala. “El público nos recibió con entusiasmo”, lo cual se manifestó con la asistencia a los conciertos y con la respuesta ante el anuncio del programa que comienza este fin de semana, observa José Wolffer.
“Es una señal de aliento este espíritu de bienvenida que nos otorga el público. No había habido una pausa tan larga en la historia de la Ofunam, de más de 80 años.”
Los boletos para los conciertos de la orquesta universitaria en la sala Nezahualcóyotl, que se realizan los sábados a las 8 de la noche y los domingos al mediodía, ya están a la venta en las taquillas y en Internet. Los costos van de 100 a 240 pesos.