El Gobierno de la Ciudad de México inició la recuperación de las plazas que en 2007, como parte del programa de reordenamiento del comercio ambulante, se entregaron a distintas organizaciones, pero que los líderes han rentado a negocios como joyerías, taquerías y hasta tiendas de conveniencia.
De hecho, informó la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, ya se recuperaron dos inmuebles que se prevé entregar a comunidades indígenas residentes en la capital del país.
“Se está con todos los mecanismos jurídicos para recuperar las plazas que no están ocupando (los ambulantes), porque lo que no puede ser es que se les otorgaron prácticamente sin ningún costo y ahora están obteniendo ganancias sin ser utilizadas para el comercio informal”, señaló.
Por ello, explicó, la subsecretaria de Programas de Alcaldías y Reordenamiento de la Vía Pública, Dunia Ludlow Deloya, hablará con algunos de los líderes y los propios comerciantes para saber si van a regresar a las plazas o no.
Admitió que algunos vendedores se han quejado de que los inmuebles están muy escondidos, lo que limita sus ventas, por lo que se prevé establecer la señalización suficiente para que se pueda acceder a las plazas.
Incluso, destacó que se detectó que se otorgaron los centros sin ningún sustento en Patrimonio Inmobiliario, por lo que se iniciaron no sólo procedimientos administrativos, sino también penales.
En tanto, comerciantes en pequeño pidieron a las autoridades capitalinas apoyar al comercio ambulante, al que se le entregaron predios para que instalaran locales en el centro de la ciudad, a fin de que “puedan hacer funcionar las plazas y no tengan que salir a invadir la vía pública”.
Gerardo Cleto López Becerra, presidente del Consejo para el Desarrollo del Pequeño Comercio y la Empresa Familiar, externó: “Todos tenemos necesidad de un trabajo y un ingreso, pero si se trata de resolverlo dando las plazas mal administradas o la calle porque es donde pasa la gente y hay venta, nosotros como comerciantes establecidos reclamaríamos exactamente lo mismo”.
Recordó que durante la crisis sanitaria “no nos dejaron vender; entonces, no podíamos abrir ni sacar nuestra mercancía; tenemos que volver a la normatividad al punto de que la calle no es una plaza de comercio, sino para la movilidad de la ciudadanía”.
Insistió en que los dirigentes del comercio callejero tendrían “que hacer funcionar los locales que ya les dieron; no se puede argumentar que como no vendo me salgo a la calle, pues es el reto de cada día para el comercio en pequeño”.