Un total de 112 personas fueron detenidas en un lapso de 48 horas en diversas colonias de Iztapalapa por su posible responsabilidad en diversos delitos de alto impacto, a quienes se aseguraron 2 mil 224 dosis de drogas, 40 toneladas de autopartes, 10 armas de fuego, 14 vehículos y cuatro motocicletas.
Entre los detenidos se encuentra Ángel M, alias El Sapo o El Bala, identificado por la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) local como operador del grupo delictivo Los Maceros, considerado uno de los principales generadores de violencia en la demarcación Tlalpan, indicó el jefe de la policía capitalina, Omar García Harfuch.
En conferencia de prensa, señaló que desde ayer y en los siguientes días al menos 900 elementos de la SSC serán desplegados en las calles de Iztapalapa como parte de la Estrategia Integral de Seguridad Ciudadana, por lo que los uniformados contarán con 90 vehículos oficiales, 40 motocicletas y un helicóptero del agrupamiento Cóndores.
La semana pasada se desplegaron cientos de elementos de la corporación en calles de diversas colonias de la alcaldía Cuauhtémoc, con el objetivo de abatir los puntos generadores de violencia, por lo que dichas acciones se repetirán estos días en Iztapalapa.
El Sapo o El Bala fue detenido por los delitos de narcomenudeo y portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército en la esquina de Nueva Revolución 3 y Jacarandas, colonia El Vergel, en Iztapalapa.
De acuerdo con las indagatorias, el aprehendido en una de las 39 acciones que realizó la SSC se dedica a la compra y venta de droga; además, era el encargado de proporcionar vehículos para actividades ilícitas a Jesús Eduardo H, alias El Macero.
Algunos son consumidores
García Harfuch anticipó que de los 112 detenidos, 19 podrían quedar en libertad por ser consumidores, mientras 87 fueron asegurados en flagrancia al realizar actividades delictivas vinculadas al narcomenudeo.
Otros 10 detenidos posiblemente tengan vínculos con los delitos de robo a negocio con violencia y robo a transeúnte en las colonias Desarrollo Urbano Quetzalcóatl, Santa María Aztahuacán y en la colonia Renovación.
Aseveró que “siempre será mucho más delicado para una ciudad o para un estado enfrentarse a una estructura delictiva grande que tenga el poder para corromper autoridades”, como ocurrió con diversos grupos en la capital, por lo que dijo estar convencido de que “mientras más atomización” exista de las células delictivas, será “más fácil” su detención.
Insistió en que cuando se desarticula una estructura grande de algún grupo delictivo ocurre una atomización, con lo que se convierten en células delictivas que “no tienen un poder corruptor como tal, no tienen una influencia sobre la zona, no pueden amedrentar a la sociedad de la misma manera que antes lo hacían”.