Moscú. Poco después de que la artillería pesada rusa empezó a disparar sobre las posiciones del ejército de Ucrania en la llamada línea de contacto con los “nuevos países” que reconoció Rusia en la tercera parte de las regiones homónimas de Donietsk y Lugansk, y cayeron los primeros misiles en distintos puntos del atacado país con el fin de destruir su infraestructura militar, el presidente ucranio, Volodymir Zelensky, rompió relaciones diplomáticas con Rusia y decretó la ley marcial.
GALERÍA: Rusia inicia la guerra en Ucrania.
Al hacerlo, Zelensky señaló: “Rusia, de un modo cobarde atacó a nuestro país a las cinco de la mañana, como hizo la Alemania hitleriana contra la Unión Soviética a las cuatro de la mañana. El Estado ruso emprendió el camino del mal, pero todo depende del pueblo ruso”. Y se dirigió a los rusos “que no han perdido la conciencia” y los conminó a “salir a la calle y exigir que se detenga la guerra”.
Asimismo exhortó a todos sus compatriotas a acudir “a los centros de reclutamiento y sumarse a las filas de quienes están defendiendo nuestra patria”.
Durante todo este jueves, primer día de la guerra de dos pueblos eslavos, el ruso y el ucranio, que eran hermanos, continuaron los combates, en medio de noticias ciertas y falsas que, como en todo enfrentamiento armado, se entremezclan cada hora generando más confusión.
Las afirmaciones, imposibles de comprobar, y los desmentidos, más palabras que pruebas, elementos inevitables de las batallas de desinformación, serán la tónica dominante en los partes de guerra hasta que se produzca un alto el fuego, ya sea debido a que Ucrania se rindió o a que Rusia decidió dar marcha atrás, algo que nadie puede saber en este momento.
De las noticias que llegan de Ucrania, se dice que la población civil, atemorizada, acude a los refugios subterráneos cada vez que las sirenas advierten del comienzo de un bombardeo. Hay imágenes de miles de personas que tratan de salir en filas interminables de automóviles de Kiev y otras ciudades, al tiempo que ya muchos ucranios han huido hacia Polonia, Rumania, Moldavia y otros países vecinos, lo cual presagia una catástrofe humanitaria.
En el otro lado, el vocero del ministerio de Defensa ruso, general Igor Konashenkov, reportó: “Como resultado de las incursiones del ejército ruso, quedaron (este jueves) destruidos 83 objetivos de la infraestructura militar de Ucrania. Desde el comienzo de la operación militar especial fueron derribados dos aviones SU-27, dos SU-24, un helicóptero y cuatro drones de fabricación turca”.
Según Konashenkov, en el primer día de combates las tropas “consiguieron abrirse camino hacia la ciudad de Jersón, lo cual permitió desbloquear el canal del norte y restablecer el suministro de agua a la península de Crimea”.
Por la noche, Zelensky compareció en la televisión ucrania para informar que “nuestras tropas están resistiendo muy bien en el Donbás. En dirección a Járkov, retienen la ciudad con firmeza. La situación más complicada se da en el sur. Hay duros combates en las afueras de Jersón. El enemigo ataca desde la ocupada Crimea, trata de avanzar hacia la ciudad de Mielitopol”.
Dijo también que “en el norte del país el enemigo avanza despacio en la región de Chernigov, pero ahí hay quien pueda detenerlos. Es firme la defensa en la región de Zhitomir. El desembarco aéreo en Gostomele fracasó, nuestro ejército eliminó a los invasores”.
El ministro de Sanidad ucranio, Viktor Liashko, dio a conocer el número de bajas este jueves: 57 personas murieron y 169, resultaron heridas. La parte rusa no reveló sus pérdidas.
Poco antes de la medianoche, el ministro de Defensa de Ucrania, Aleksei Reznikov, avisó que el ejército ruso, que utiliza en estas incursiones mucho más soldados y armamento que el que dispone su contraparte ucrania, prepara “una nueva ola de ataques, incluidos bombardeos con aviones y helicópteros”.
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Entretanto, en 53 ciudades de Rusia hubo protestas no autorizadas contra la guerra. Hay más de mil 700 detenidos, la mayoría en Moscú y San Petersburgo.
Decenas de escritores, directores de cine y teatro, conductores de televisión, cantantes y deportistas se pronunciaron contra la guerra subiendo mensajes grabados a sus redes sociales y un cuadrado negro, en señal de luto, con la inscripción “¡No a la guerra!”.
Otras personalidades de la cultura firmaron una carta abierta, en la cual sostienen que “la guerra que inició Rusia contra Ucrania es una vergüenza” y añaden “no queremos que nuestros hijos vivan en un país agresor, que les de pena que el ejército de Rusia atacó a un país independiente vecino”.
Aseveran que “no creemos que la Ucrania independiente sea una amenaza para Rusia o cualquier otro Estado. No creemos lo que declara Vladimir Putin de que el pueblo ucranio se encuentra bajo el yugo de ‘nazis’ y requiere ‘ser liberado’”.
Entre los firmantes, figuran el periodista Dimitri Muratov, premio Nobel de la Paz, el escritor Dimitri Bykov, el dramaturgo Ivan Vyrypayev y el director de teatro Vladimir Mirzoyev.