En el país hay 2.6 millones de pequeños y medianos productores de granos básicos, pero el programa de precios de garantía de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) cubrió sólo a 3.8 por ciento de los agricultores de maíz y 1.4 de los de frijol en 2020. El organismo no cuantificó a la población potencial ni objetivo, señala la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Además, en el otorgamiento del apoyo a 106 mil productores de granos básicos, las reglas de operación no cumplieron con todos los requisitos para programas de subsidios y el padrón de beneficiarios no se integró de acuerdo con los criterios definidos por la Secretaría de Agricultura, indica el reporte sobre el programa de precios de garantía, en una de los tres auditorías realizados a Segalmex en el programa anual para la fiscalización superior de la cuenta pública 2020.
En relación con los medianos productores de maíz, no hubo procedimientos para determinar los criterios redistributivos de los apoyos y que hubiera igualdad en las entidades federativas que serían incorporadas, ya que sólo se benefició a Sinaloa, Tamaulipas y Sonora.
Segalmex tampoco diseñó indicadores suficientes ni adecuados para medir el cumplimiento del objetivo del programa para incentivar el ingreso de los agricultores, la contribución en el mejoramiento de su calidad de vida y en alentar la autosuficiencia alimentaria del país con el aumento de la producción y la reducción de las importaciones.
Apunta que con base en la información disponible del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) se identificó que, en términos generales, la producción de maíz cayó 7.3 por ciento, mientras las importaciones del amarillo crecieron 0.1 por ciento, las de trigo 6.1 y de arroz 4.4.
Descontrol en granos
Agrega que Segalmex no formalizó sus políticas, manuales y procedimientos para la operación de los responsables de los centros de acopio, y “en consecuencia, no tuvo un adecuado control sobre las entradas y salidas de granos, por lo que careció de certeza sobre la cuantificación física y financiera de los inventarios y mermas”. El organismo cuenta con 538 centros de acopio, pero no acreditó que su ubicación fuera viable logística y operativamente.
Sobre la comercialización, apunta que el organismo atendió las necesidades de frijol y maíz de Diconsa para proveer su red de abasto, por lo que le vendió 97.1 por ciento del primero y 41.9 del segundo.