Moscú. Ante las sanciones que le impuso Estados Unidos por reconocer la independencia de Donietsk y Lugansk, Rusia aseguró que “no debe caber ninguna duda” de que dará una respuesta “fuerte y no necesariamente simétrica”, pero que será “sopesada y sensible” para Washington, de acuerdo con un comunicado de la cancillería local emitido este miércoles.
Afirma el ministerio ruso de Relaciones Exteriores que con estas medidas, que constituyen “la ronda número 101 de sanciones contra nuestro país”, EU trata de “cambiar el rumbo” de Rusia y “a pesar de la obvia inutilidad de los esfuerzos realizados para contener nuestra economía, EU recurre de nuevo a instrumentos restrictivos que son ineficaces y contraproducentes para los intereses estadunidenses”.
También sostiene que Estados Unidos, “aferrado a los estereotipos de un mundo unipolar, cree la falsa convicción de que todavía puede imponer a otros sus propias reglas mediante el chantaje, la intimidación y las amenazas”.
Pero “en relación con las potencias mundiales, principalmente Rusia y otros actores internacionales clave (con arsenales nucleares), esto no surte efecto”, subraya y añade:
“La presión a través de sanciones no puede afectar la determinación de defender con firmeza nuestros intereses y que los ‘gritos” de EU los secunden sus satélites y clientes, que han perdido toda autonomía”.
El comunicado –que se difundió horas después de que se supo aquí que el secretario estadunidense de Estado, Antony Blinken, canceló el encuentro que tenía previsto celebrar en Ginebra mañana jueves con su homólogo ruso, Serguei Lavrov– concluye que Rusia “está abierta a una diplomacia que se basa en los principios de igualdad, respeto recíproco y consideración de los intereses de los demás”.
La cancillería rusa, en otro comunicado, arremetió contra el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, señalando que sus afirmaciones de que Rusia violó la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, y debe cumplir los acuerdos de Minsk, avalados por la resolución 2202 del Consejo de Seguridad de la ONU, “nada tienen que ver con la realidad”.
Desde el lunes anterior Rusia dejó de exigir que Ucrania cumpla esa resolución y ahora ofrece una versión que pretende justificar el reconocimiento de la independencia de esas regiones ucranias:
“Dónde estaban esos señores (en alusión a Guterres) cuando hace ocho años el régimen de Kiev, que llegó al poder mediante un golpe de Estado inició contra sus ciudadanos una operación militar punitiva, que provocó un saldo de víctimas mortales de 14 mil civiles (…), estableció un bloqueó económico y de transportes, dejó de pagar pensiones y de brindar otros beneficios sociales, y (el presidente) V. Zelensky dijo que podían largarse de Ucrania. Estas acciones tienen todos los rasgos de un genocidio”.
Por la noche se dieron a conocer en Bruselas las sanciones de la Unión Europea, que seguramente merecerán otro duro comunicado de la cancillería rusa.
Ucrania se prepara para la guerra
Entretanto, el presidente Volodymir Zelensky está considerando la posibilidad de romper relaciones diplomáticas con Rusia, a sugerencia de su ministerio de Relaciones Exteriores.
Esta dependencia también recomendó a sus ciudadanos abstenerse de viajar a Rusia y, a los que ya están ahí, abandonar este país de inmediato. Se trata de una declaración meramente política, a sabiendas de que es poco probable que se produzca un regreso masivo de los ucranios que residen en Rusia, aparte de que muchos de ellos forman familias con cónyuges rusos.
El consejo nacional de seguridad solicitó a la Rada aprobar el estado de excepción que propone para todo el país, salvo –precisó– las regiones de Donietsk y Lugansk, y prometió no afectar la vida de la población, sino sólo tener más facilidades para coordinar las fuerzas de seguridad.
El ejército siguió reforzándose a lo largo de la llamada línea de contacto con las autoproclamadas repúblicas populares de Donietsk y Lugansk, en espera de que el ejército ruso –como afirma el gobierno ucranio– traspase esa franja divisoria.
Zelensky también rechazó que vaya a declarar la movilización de todos los hombres de entre 18 y 60 años de edad y aclaró que, por ahora, sólo han sido llamados a filas en el ejército los reservistas con grado superior a sargento.