“El muralismo sigue siendo un movimiento de arte público y social de gran relevancia. Si bien se ha adaptado a las condiciones de su tiempo, el mensaje primordial de que es para todos, prevalece”, expresa el pintor Rafael Cauduro (Ciudad de México, 1950).
La exposición Un Cauduro es un Cauduro (Es un Cauduro), con más de 156 obras, abrirá mañana en el Colegio de San Ildefonso, como parte de las conmemoraciones del centenario de esta plástica de gran formato en México y el medio siglo de trayectoria del artista.
Para Cauduro ser contemporáneo es tener “la oportunidad y la opción de mostrar de distintas maneras mi visión del arte. Hacer murales ha sido un gran reto y eso es lo que me gusta, lograr que mi obra forme parte del paisaje urbano. Me agrada saber que miles de personas la pueden apreciar diariamente”, señala en entrevista por escrito con La Jornada debido a que tiene problemas con el habla.
De acuerdo con la agencia de relaciones públicas Órbita, que cita al equipo de la Casa-Estudio Rafael Cauduro, “el tema de la salud del maestro no es la noticia relevante, lo importante para él y todos los involucrados es la exposición y la trascendencia de su obra. Lo único que se ha comentado de la salud del maestro es que tiene problemas con el habla”. Tampoco asistirá hoy a la apertura, confirmó el Colegio de San Ildefonso.
En efecto, Cauduro tiene murales que son vistos a diario por miles de transeúntes. El 15 de octubre de 1990 inauguró Escenarios subterráneos. Metro de Londres-Metro de París, en la estación Insurgentes del Sistema de Transporte Colectivo Metro, conjunto muralístico que recrea atmósferas oníricas y de ensueño en otros rincones del mundo.
La forma de pintar del artista hizo que lo relacionaran con el estilo conocido como hiperrealismo. “No me gusta el término hiperrealista –refuta–. Siempre que entramos en términos de arte donde te encajan, te engloban, es difícil. Pienso que a los escritores les pasa lo mismo. El término hiperrealismo es algo que no entiendo. Quizá por eso mismo insisto en que estoy dentro del mundo realista.
“Me doy cuenta de que cada vez que me adentro o trato de entender el mundo, más lo desconozco. Puedo entender mucho mejor otros términos, como la mentira, el truco, la ilusión, la fantasía, que me gustan más. Me siento más seguro. Me interesa tener una actitud crítica en cuanto a la realidad, por eso no acepto tanto el título de hiperrealismo dentro de mi obra. Para mí, siempre he estado del otro lado: el de la trampa, de la ilusión.”
Otros murales de Cauduro son Siete crímenes mayores. La historia de la justicia (2007-2009), en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Pino Suárez 2, Centro Histórico, y El Condominio en el Edificio Cauduro, avenida Veracruz 62, colonia Condesa. En 1986 desarrolló el mural Comunicaciones para la Exposición Internacional de Vancouver, Canadá.
Cauduro fue uno de los 33 pintores comisionados en 1993, por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, para realizar un cuadro para la colección de pintura de la residencia oficial de Los Pinos. Participó con el óleo Memorias, de 184 por 459 centímetros. Al convertirse en el Centro Cultural Los Pinos, la obra se encontraba en un salón de juntas de la planta baja de la Casa Venustiano Carranza.
El último mural que realizó fue El Condominio (2014): “Después tuve la invitación para unos murales en el Palacio de Gobierno durante la ges-tión de Miguel Ángel Mancera. Reali-cé varios bocetos y entregué el proyecto; sin embargo, por cuestiones de presupuesto no se pudo realizar. Hasta ahora son las propuestas que han surgido para hacer murales”.
Se podría decir que Cauduro es autodidacta. Estudió arquitectura y diseño industrial; no obstante, no terminó la carrera: “Cuando mi padre murió decidí que no tenía caso continuar algo que hacía por obligación. Por aquel tiempo también me dedicaba a la caricatura. Siempre he tenido gran facilidad por el dibujo, de ahí que pueda decir que mis primeros triunfos fueron como dibujante. Es en 1975 cuando me la juego y digo, lo mío es la pintura. Al año hice mi primera exposición”, en la Casa del Lago.
En 1991 expuso en forma individual en el Museo de Arte Moderno, y en 1995 en el Museo del Palacio de Bellas Artes. En 2000, incursionó en el trabajo en vidrio.
–¿A quiénes admira como artista?
–Me encantan Leonardo Da Vinci, El Greco, Miguel Ángel y Caravaggio. Mi padre nos los inculcó a mí y mis hermanos desde muy chicos. Tuve el acercamiento con el arte desde la infancia. Ya como artista, al inicio de mi carrera, tuve influencia de David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.
Rafael Cauduro ha hecho pocas exposiciones. La presente le significa mucho: “Como soy una persona introvertida, hacer exposiciones es muy demandante y prefiero dedicarme a pintar. Para ésta tuve la colaboración de un gran equipo, sobre todo el cariño de mis hijas, que me insistían en dar a conocer mi trabajo a las nuevas generaciones”.
Un Cauduro es un Cauduro (Es un Cauduro) permanecerá hasta el 26 de junio en el Colegio de San Ildefonso, Justo Sierra 16, Centro Histórico.