En México se celebra y reconoce que hay cada vez más poetas y escritores en lenguas originarias, pero, lamentablemente, hay menos hablantes, dijo durante la presentación de la antología Mitos y cuentos indígenas de México la socióloga Elisa Ramírez Castañeda, quien seleccionó los textos.
Editada en dos volúmenes por el Fondo de Cultura Económica en el marco del Día Internacional de la Lengua Materna, la compilación publicada de manera bilingüe fue comentada por Hermann Bellinghausen, Irma Pineda y la autora a través de las redes sociales del FCE.
Se trata de un material que surge de la tradición oral indígena, de lenguas originarias como el tseltal, tsotsil, mixe, otomí, náhuatl, mixteco, maya, wixárika y chinanteco, historias que fueron transcritas en la década de 1980 por un grupo de profesores lingüistas que recorrieron distintas comunidades y pueblos con la finalidad de conformar un material didáctico para lo que fue el inicio de la educa-ción bilingüe.
Volver a publicar esos textos implicó “un difícil trabajo de edición de más de dos años, desde la impresión del interlineado de los textos en lengua original hasta volver a traducir algunos textos, pues nos encontramos que algunas traducciones eran incorrectas”, explicó Ramírez Castañeda.
Bellinghausen destacó que la relevancia de la antología radica en ser “una literatura indígena que contribuyó a la hoy relativa abundancia de autores y autoras en esas lenguas”.
Para los años en los que se recopiló ese material, aún no había una literatura indígena que se pudiera determinar con ese nombre.
De ahí, añadió, que dicha antología sea una especie de “eslabón perdido” que conecta con el desarrollo de los autores y la literatura indígena del país, “porque imagino que eso fue lo que leyeron quienes ahora escriben en sus lenguas; es decir, estaban en la escuela y tenían acceso a esa literatura, que les permitía apreciar su lengua de manera escrita”, lo cual no existía antes.
La recopilación “fue una labor titánica y de lo mejor que ha pasado en muchos años en la cultura mexicana”, destacó el director y editor del suplemento Ojarasca.
“Esos mitos y cuentos fueron una semilla para los hoy escrito-res indígenas, que antes como tal no existían, es una especie de revolución mental, que marca un cambio cultural profundo, tan importante como la defensa y control de su territorio.”
Conecta “la vieja tradición ágrafa indígena y el presente literario, en una especie de arma cultural para defensa de las lenguas de los pueblos originarios”, concluyó.
Irma Pineda destacó que se trata de una antología que permite a los lectores acercarse a la rica diversidad lingüística, de pensamientos y conocimientos que hay en todo el país. Son mitos y cuentos que, por su contenido, invitan a reflexionar, entre otras cuestiones, sobre la creación y la vida del ser humano y su vínculo con la naturaleza.