Madrid. El covid-19 “sigue ejerciendo una gran presión sobre los trabajadores sanitarios”, expresaron ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que elaboraron una guía para urgir el desarrollo y la aplicación de programas más sólidos de salud y seguridad para su labor.
“Incluso antes de la pandemia de covid-19, el sector sanitario era uno de los más peligrosos para trabajar”, apuntó la doctora María Neira, directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS.
“Sólo unos pocos centros sanitarios contaban con programas de gestión de la salud y la seguridad en el trabajo. Los trabajadores sanitarios sufrían infecciones, trastornos y lesiones musculoesqueléticas, violencia y acoso en el lugar de trabajo, agotamiento y alergias en el ambiente laboral”, añadió.
La aparición del SARS-Cov-2 ha empeorado esta situación, según la OMS. Por ejemplo, más de uno de cada tres centros de salud carecen de puntos de higiene en los puestos de atención y menos de uno de cada seis países tiene una política nacional sobre un entorno de trabajo saludable y seguro en este sector.
“El covid-19 puso de manifiesto el costo de esta falta sistemática de salvaguardias para la salud, la seguridad y el bienestar del personal sanitario”, destacó el director del Departamento de Personal Sanitario de la OMS, James Campbell, al subrayar que, en los primeros 18 meses de la pandemia, unos 115 mil 500 trabajadores de la salud murieron a causa de la enfermedad.
“Las ausencias por enfermedad y el agotamiento exacerbaron la escasez prexistente de este tipo de trabajadores y socavaron la capacidad de los sistemas de salud para responder al aumento de la demanda de atención y prevención durante la crisis”, recordó. Explicó que la guía que han elaborado “ofrece recomendaciones sobre cómo aprender de esta experiencia y proteger mejor a estos trabajadores”.
La OMS y la OIT recomiendan desarrollar y aplicar programas sostenibles para la gestión de la salud y la seguridad en el trabajo de los profesionales de salud a nivel nacional, subnacional y de los centros de salud. Dichos programas deben abarcar todos los riesgos laborales: infecciosos, ergonómicos, físicos, químicos y psicosociales.
Por otra parte, Gran Bretaña ofrecerá más vacunas de refuerzo a los ancianos, los residentes de hogares de ancianos y las personas inmunodeprimidas como parte de una estrategia que elimina todas las restricciones, la cual, advierten los científicos, es demasiado pronto y acusan al gobierno de una “pantomima dirigida a persuadir a la gente de que todo terminó”.
Grecia empezará a multar a unas 300 mil personas mayores de 60 años por no haberse inmunizado contra el covid-19.
El gobierno de Irán devolvió 820 mil dosis de la vacuna contra covid-19 donadas por Polonia debido a que fueron fabricadas en Estados Unidos, indicó la televisora estatal iraní.
La policía de Nueva Zelanda acusó a manifestantes antivacunas de lanzarles excrementos humanos durante un operativo de madrugada para bloquear el campamento de protesta fuera de la sede parlamentaria en Wellington.
Hong Kong va a lanzar un pase de vacunación mientras los hospitales están abrumados por una ola de casos.
Turistas internacionales y de negocios comenzaron a llegar a Australia con escasas restricciones, lo que permitió la reunión de familias en emotivos encuentros tras dos años o más separados debido a las medidas draconianas por el covid-19.
El saldo mundial por la pandemia es de 425 millones 613 mil 677 contagios y 5 millones 893 mil 507 muertes, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins.